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25 de octubre
14:40 2016
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El 55% de las empresas no tiene una política escrita de seguridad para sus viajes

Según el ‘I Estudio de Gestión y seguridad en viajes de empresa en España’ presentado por Getba y realizado con la colaboración de Aon y Healix, el 55% de las empresas españolas no tiene una política de seguridad escrita para gestionar los riesgos de sus viajes corporativos.

Desde al año 2012 el número de viajes de negocio de las empresas aumenta año tras año entre el 3 y 5% debido al aumento de la internacionalización de las empresas españolas. Pero no sólo son las grandes empresas las que ponen sus ojos en los mercados exteriores, las Pymes han visto en estos mercados la gran oportunidad para superar la crisis, sin embargo no han trabajado lo suficiente en políticas de viaje y en la gestión de los riesgos que vienen asociados a estos desplazamientos. “El comportamiento de los viajeros de negocio es muy diferente al del viajero convencional”, matiza Marcel Forns, director general de Getba durante la presentación. El turista, por lo general, evita los países de conflicto, los lugares susceptibles de catástrofes o donde se levanta cualquier tipo de alerta. Sin embargo, el viajero de negocio no contempla estos factores y viaja donde el negocio requiere. “Imaginemos un ingeniero de una petrolera o de una constructora por ejemplo”. Ante esto la responsabilidad de la empresa –‘Duty Care’- es absoluta.

El problema, según se ha detectado en el estudio realizado sobre una base de 100 empresas, es que en la mayoría de las empresas la actividad del viaje de negocio se ha convertido en una “actividad transversal”. Es decir, en él están implicados distintas áreas de la empresa, desde el financiero y compras a RRHH, lo que provoca que esta gestión de riesgo esté difuminada en la organización sin contar, en la mayoría de los casos con una verdadera política escrita para gestionar los riesgos. “Lo no escrito es difícilmente divulgable y de difícil cumplimiento”, asegura Forns. Incluso va más allá. Aquella minoría que sí tiene una política escrita, “tiene grandes lagunas y deficiencias”. En un 61% de las empresas analizadas en este informe se ha detectado que o no tienen un correcto sistema de alertas o no lo tiene actualizado; un 59% no contemplaban en su política de seguridad disposiciones sobre repatriación de viajeros; el 54% no disponen de planes de crisis o de emergencia ante casos de accidentes, secuestros o fallecimientos de sus empleados y un 39% no ofrece a sus empleados ningún tipo de información previa al viajes o la ofrecen de forma muy parcial. Recordemos que “el deber de la empresa es formar, informar y prevenir”.

Los seguros de las tarjetas

Katia Estace, directora de Mercado Travel Aon Risk Solutions, quiso alertar sobre las coberturas de los seguros asociados a las tarjetas. “Normalmente son muy buenas, pero hay un gran desconocimiento”. En las tarjetas de alta gama las coberturas suelen ser buenas, y en muchas ocasiones el viajero confía plenamente en ellas. Pero esto no es así en todos los casos. Katia Estace nos pone el ejemplo de los viajes a EEUU, en los que sólo el traslado en ambulancia puede suponer más de 3.000 dólares, y alerta sobre determinados países como Rusia en los que sólo se reconoce a las compañías certificadas en el país. De nuevo nos encontramos con la falta de información de la empresa a su empleado, provocada en la mayoría de los casos porque la propia empresa desconoce con exactitud las coberturas de los seguros que contrata.

A la vista de los hechos puesto a la luz por este informe, desde Aon la recomendación a las empresas que desplacen a sus empleados en viajes de negocios, es que busquen el asesoramiento de compañías especializadas y contraten los seguros propios para este tipo de viajes. Las pólizas Bussines Travel se perfilan como la mejor opción cuyas coberturas pueden “salvar” a una pequeña empresa de la ruina. Pensemos que un accidente como un atropello en New York – ejemplo basado en un accidente real- puede llegar a suponer hasta 1 millón de euros entre asistencia hospitalaria, rehabilitación, desplazamiento de familiares etc. sin contar con las posibles demandas a las que se pueda enfrentar la empresa por parte del trabajador.

Las empresas españolas tienen mucho que mejorar

El informe, sin ánimo de ser catastrofista, sí pone de relieve que la gestión del riesgo en viajes es una asignatura pendiente para las empresas españolas y subraya distintos puntos que las empresas deben mejorar. Destaca la necesidad de incorporar protocolos escritos de viaje que se difundan entre los empleados; realizar un mapa de riesgos con un servicio actualizado de alertas; ofrecer a los futuros viajeros todo tipo de información relativa al destino, seguros contratados etc. previa al viaje; ofrecer un servicio 24h de contacto entre la empresa y el trabajador desplazado; y revisar y adecuar los seguros y las coberturas de los viajes a cada circunstancia serían algunas de las principales áreas de mejora que las empresas debería abordar.