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Las familias españolas han encargado menos coronas de flores, han optado por lápidas más pequeñas y por esquelas de menos módulos en los periódicos, por ataúdes o cajas de materiales de calidad inferior debido a la crisis, lo que ha estabilizado el precio medio de los servicios funerarios entre 2.500 euros y 3.000 euros. Mientras, las funerarias han asumido el incremento del IVA al 21% para no repercutirlo sobre las familias, afirma el secretario general de la Patronal Nacional de Servicios Funerarios (Panasef), Carlos Hurtado.

Durante la presentación de las cifras del sector convocada por Funespaña con motivo de la celebración el viernes del Día de Todos los Santos, Hurtado resalta que "la crisis también ha llegado al sector funerario" y que los últimos meses desde la subida del IVA han sido "demoledores", con una caída del 15% del volumen de negocio. Hurtado subraya que no se comprende que "un servicio básico, público" esté gravado como una joyería, por ejemplo, y considera que "lo correcto" es que se le aplicara un tipo reducido, como en "la mayoría" de países de Europa.