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24 de enero
08:46 2017
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Y luego se quejan de la banca…: cómo un ‘asesor’ de seguros intenta captar un cliente

Por correo electrónico y con la propuesta de seguro incluso sin haberse presentado antes al posible cliente. Esta redacción ha conocido una práctica muy ‘curiosa’ para quitar el cliente a una aseguradora y proponerle una póliza con otra. Se presenta como ‘asesor’ de seguros y envía el presupuesto en nombre de una correduría de seguros de una localidad cercana a Madrid:

- Un cliente lleva su coche a un taller oficial de una conocida marca de automóviles para una revisión. Unos días después el cliente recibe un correo electrónico del ‘asesor’, al que no conoce de nada, en el que textualmente le indica: “Me he tomado la libertad de prepararte presupuesto del seguro de tu coche y moto con ----- (nombre de la compañía) para que puedas valorar hasta qué punto puede ser o no interesante un cambio de compañía, si no estás interesado perdona mi atrevimiento”.

- Es cierto que el cliente tiene un coche y una moto también asegurada con la misma compañía –la primera-. Pero nunca ha llevado la moto a ese taller. Y el supuesto asesor no debería saber que el cliente tiene ambos vehículos asegurados con la misma compañía, y mucho menos todos los datos de sus pólizas ni cuánto paga.

- El cliente se plantea cómo el ‘asesor’ ha conseguido los datos. ¿Alguien ha sacado de la guantera del coche la carpeta donde guarda el cliente los recibos del seguro del coche y la póliza? ¿O algún contacto del supuesto asesor le ha facilitado los datos del cliente? En cualquiera de los casos, se han saltado la Ley de Protección de Datos. Y eso que más abajo se recoge la cláusula de LOPD, la que precisamente se han saltado por todo lo alto.

Otra circunstancia que llama la atención es que en el presupuesto que se envía al cliente, a nombre de la aseguradora, se incluye la siguiente nota: “El presente estudio de seguro ha sido confeccionado en base a los datos facilitados por el cliente y las primas calculadas según las tarifas vigentes…”. Cuando ese cliente nunca le ha facilitado los datos porque nunca ha tenido el más mínimo contacto.

El cliente está esperando una respuesta del supuesto asesor de seguros para iniciar las acciones legales que estime oportunas.