La agresividad comercial en Autos mantendrá la rentabilidad bajo presión

El sector asegurador se muestra optimista y está convencido de que en 2017 se mantendrá el crecimiento de la industria. Pero hay retos importantes por delante. En el ‘XXIII Encuentro del sector asegurador: El crecimiento rentable del seguro español’, organizado por Deloitte, Mapfre y ABC, se han desmenuzado estos desafíos. En No Vida, José Manuel Corral, director general adjunto de Negocio de Mapfre España, ha destacado que en Autos hay que poner el foco en la parte técnica: “Estamos cayendo como industria de una forma reiterada en la banalización del precio. Debemos conseguir que las políticas de suscripción sean lo suficientemente rigurosas como para que la cuenta técnica no sufra”.

Ignacio Eyres, director general de Caser, ha llamado la atención sobre el hecho de que Autos es un ramo muy concentrado, en el que los 5 primeros acaparan una cuota de mercado del 60%. En este sentido considera que en la medida en que los líderes han obtenido unos buenos resultados “es previsible que mantengan una actitud comercial agresiva, por lo que no mejorará la rentabilidad global del ramo”.

Para Mirenchu Villa, directora general adjunta de Mutua Madrileña, el principal reto respecto a la rentabilidad a corto plazo es abaratar los costes, ya que, a su juicio, los gastos del sector todavía tienen recorrido a la baja; y ha advertido de que en Autos la rentabilidad de algunas garantías es ya negativa “lo que obliga a reflexionar sobre la forma de hacer más eficientes las cuentas para ganar a largo plazo”.

Los seguros de Ahorro evolucionarán

hacia productos no garantizados

 

Respecto al seguro de Vida, Vicente Cancio, consejero delegado de Zurich, ha destacado que los seguros de Ahorro evolucionarán hacia productos no garantizados, como los unit linked, algo en lo que han coincidido prácticamente todos los ponentes.  

Antonio Trueba, director general de VidaCaixa, ha explicado que lo que ha ocurrido en el sector ha sido un problema de oferta y no de demanda debido a 3 shock que se han producido: la reestructuración del sistema bancario, la caída de los tipos de interés, y Solvencia II, “que ha generado dudas sobre qué tipo de productos se podían hacer y qué camino seguir”. Pero estos 3 factores están actualmente estabilizados por lo que “espero que cada vez más entidades empiecen a reactivar su negocio de Vida, lo que tirará del mercado”.

Los responsables de las principales entidades aseguradoras han analizado también los resultados financieros y la reorientación de las carteras de inversiones en el actual contexto de bajos tipos de interés. José Manuel Corral asegura que Mapfre no va a renunciar a su política de prudencia.

Mirenchu Villa coincide en que el contexto va a conducir a una diversificación de las inversiones, “la renta fija ya no es el refugio”. Y recuerda que en el caso de Mutua Madrileña, la entidad tiene “un patrimonio inmobiliario muy grande frente a otros competidores, lo que nos ayuda a tener cierta estabilidad”.
 

El sector pide bajar

la presión regulatoria

 

Al sector también le preocupa la excesiva regulación. Quizá el que más claro se ha expresado ha sido el director general de VidaCaixa, que se ha preguntado si la reacción del regulador tras el estallido de la burbuja en 2008 es útil para los clientes y la sociedad: “No sé si las toneladas de documentación y de políticas que tienen que aprobar los Consejos mejoran la gestión del riesgo. No sé si el exceso de capital o algunas calibraciones de solvencia II nos permite hacer los productos que los clientes necesitan. Tampoco sé si distorsionan o no los mercados financieros. No sé si el exceso de información protege al cliente o a nosotros, al convertir el complimiento normativo en una excusa para decirle al cliente ‘yo te lo dije y tú lo firmaste’. Bajar la presión regulatoria me parece una buena idea”.

La conferencia inaugural de las jornadas la pronunció la presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos, que ha reflexionado, entre otras cosas, sobre la digitalización, un nuevo entorno en el que hay una estrategia que compete a los aseguradores y otra al marco regulatorio. En este sentido, ha advertido que la nueva forma de relacionarse exige al regulador “altura de miras y dinamismo, eso es lo que tenemos que pedir a la regulación”. González de Frutos considera que “no le podemos exigir al cliente que pulsa con un dedo una tecla que dice ‘Ok’ o ‘comprar’, que verifique que ha leído todo un conjunto de cláusulas porque uno, simplemente, cuando está en el autobús no tiene tiempo de andar pasando pantallas y pulsando en teclas que dicen ‘Ok, me he enterado’, una tras otra. Las normas tienen que adaptarse a toda esta realidad si no quieren convertirse en un freno objetivo para su desarrollo”.  

Unespa: “La revisión del sistema de pensiones

debe ser general y no centrarse

solo en el primer pilar”

 

La presidenta de Unespa también ha puesto deberes al Gobierno. Entre otras cosas, ha destacado retos regulatorios, como la incorporación de la IDD, “algo para el sector esencial en la medida en que toca una parte muy vinculada al negocio, las vías de hacer llegar el producto al cliente. Nos podemos encontrar con cambios importantes”. También ha pedido la revisión del sistema de pensiones (publicas y complementarias), y “me gustaría que esta vez no se centrara solo en el primer pilar, sino que el análisis fuera más general y abarcara a todo el sistema”.

En lo que respecta al sistema público, considera que a corto plazo hay que solucionar el problema de la financiación, pero ha vuelto a insistir en que hay dos opciones que son malas: la creación de impuestos específicos para esa financiación, que se introducen como temporales pero al final se quedan; o elevar las bases de cotización sin que signifique una revisión de las pensiones máximas.

También ha recordado que el sector apuesta por las cuentas nocionales y que todavía están a la espera de que el Gobierno envíe la Carta Naranja a los ciudadanos con la información de la esperada pensión pública. También ha abogado por la puesta en marcha de un sistema en el que los empresarios pongan a disposición de los trabajadores un sistema de ahorro a partir del salario en el que las aportaciones de los empleados conlleven aportaciones de los empresarios. En el ámbito del tercer pilar, el del ahorro complementario, considera que los incentivos fiscales no son definitivos pero sí necesarios, y defiende el mantenimiento del diferimiento fiscal para el momento del cobro en forma de renta.