AIPS defiende la figura del pequeño y mediano profesional

La AIPS defiende en su último boletín informativo "la profesión, primero, y después el negocio, por este orden. Los corredores de seguros somos los máximos exponentes de esa profesión que ahora no existe, que nos atrevemos a bautizar como asesores independientes de seguros-seguridad, en donde pueden asesorar en prevención, en riesgos, en parte del área financiera, en seguros y demás áreas de la seguridad". La asociación aborda como destacado del mes su defensa del pequeño y mediano profesional, en el que expresa que "para asesorar a sus clientes, estos asesores independientes cuentan con proveedores de todas esas áreas. Y eso es lo que deben ser las aseguradoras para estos profesionales, proveedores. Estos profesionales deberán cobrar honorarios por el asesoramiento a sus clientes y si el cliente les encarga la contratación de las soluciones derivadas del asesoramiento, podrán cobrar comisiones del proveedor. Pero diferenciando las funciones de unos y otros. (El gran problema es que aun estamos en una fase más de oferta que de demanda, pero hasta eso, poco a poco, está cambiando). En ese momento tendremos profesionales y no habrán dudas ni opacidad de su trabajo ni de sus funciones".

La AIPS considera que "en ese momento el elemento esencial de su retribución serán los honorarios profesionales y por esa razón un profesional podrá vivir dignamente con la mitad de volumen asegurador que hoy se le exige para malvivir. Entendemos que el proceso de fusiones sea necesario entre las aseguradoras, pero no así en los mediadores, al contrario, un profesional pequeño puede ofrecer un asesoramiento de igual o más calidad que una gran empresa de la mediación, la diferencia la volvemos a encontrar de nuevo en la producción para el sector asegurador, en la actividad, pero esa no debe ser la esencia de la profesión, la esencia es el asesoramiento, la cercanía, el servicio". Y concluye señalando que "el futuro está en la profesión y ésta debe orientarse a los clientes, ganarse en la universidad y financiarse mediante el cobro de honorarios, esencialmente. Una profesión en la que con un número razonable de clientes (como otras profesiones) se pueda vivir dignamente del asesoramiento sin necesidad de crecer para hacer la competencia a la banca u otros canales de venta, pero que los que tengan espíritu emprendedor puedan también crecer y expandir su negocio. Parece utópico, pero más lo es seguir por camino por el que vamos".