La banca española pide que no haya excepciones nacionales en Europa al invertir en seguros

Las nuevas normas de capital de la banca (Basilea III) podrían complicar las inversiones en seguros de las entidades financieras españolas. En la actualidad, con Basilea II, las inversiones de bancos en compañías aseguradoras se deducen de los recursos propios de más calidad (Tier 1) en un 50% y del capital de menos calidad (Tier 2) en otro 50%. Estas normas no son iguales para todos los países. Existen dos excepciones: Francia y Reino Unido, que se deducen todo (el 100%) del Tier 2, maniobra que da como resultado una mejora de los ratios de capital de mejor calidad respecto a los bancos españoles. En Francia, la excepción acaba a finales de este año, y pretenden que se prorrogue o se mantenga de forma indefinida.

En este contexto irrumpe la directiva que trasladará el nuevo acuerdo de capital (Basilea III) a la normativa europea (CRVID), una regulación aún no aprobada y en la que se prevé un calendario para que el 1 de enero de 2019 todos los bancos resten el 100% de sus inversiones en seguros (y otras) del Tier 1, a razón de un 20% anual. Este era el plan inicial; pero la presidencia danesa, con el respaldo del comisario europeo de Mercado Interior y Servicios, Michel Barnier, ha planteado la posibilidad de que cada país pueda discrecionalmente elegir el ritmo de aplicación. De esta manera, según explican fuentes bancarias, habría países que podrían permitir que no haya deducciones en Tier 1 hasta 2017 y en otros en los que se comenzaría a aplicar esta reducción lo antes posible. Este es el caso de España.

Desde el sector se teme que el Banco de España obligue a los bancos a restar las inversiones en seguros del Tier 1 desde 2013, cuando hay otros, como los franceses, que incluso quieren que esta norma no llegue a aplicarse, “lo que supondría un agravio comparativo con los bancos españoles, pues los bancos franceses aparecerían por esta vía muchos más capitalizados que los españoles, ya que sus inversiones en seguros son muy importantes”. Ante esta situación, la AEB está peleando en Bruselas para que no se introduzcan discrecionalidades nacionales ya que, a su juicio, van contra el espíritu de Basilea III, entendido como ‘single rule book’, es decir, una aplicación homogénea de la norma en todos los países de la UE.