El Centro de Experimentación y Seguridad Vial de Mapfre (Cesvimap) recibe cada vez un número inferior de vehículos para su reciclaje y desmontaje en piezas, mientras que han aumentado los años de utilización de los mismos. “Nos están llegando menos coches y nos están llegando coches más antiguos”, declara su gerente, Ignacio Juárez, a El Norte de Castilla. “Las piezas que nos están pidiendo son cada vez de coches más antiguos, porque son los que se están utilizando”, señala. “Se están incluso pidiendo piezas que hasta hace poco no tenían aceptación porque el cliente prefiere pagar lo menos posible, en algunos casos comprometiendo la seguridad del vehículo”, advierte.

“La crisis ha hecho que el uso del vehículo se haya restringido muchísimo”, lo que ha provocado una menor actividad en los talleres, “muchos cierres” de éstos, y “la aparición de talleres ilegales”, que pretenden aprovechar que muchas personas hacen lo posible para reparar sus vehículos “porque no tienen para comprar uno nuevo”. Incluso están empezando a llegar a algunos centros de reciclaje vehículos “sin las piezas que valen dinero”, según Pedro Mas, decano de la Facultad de Ciencias y Artes de la Universidad Católica de Ávila. “El cliente, antes de llevar el coche al desguace, vende todo lo que puede vender, normalmente por Internet y en un mercado negro”, resalta.