La crisis provoca la aparición del 'defraudador por necesidad' en el sector asegurador

El fraude en el sector asegurador se ha incrementado un 30% en los últimos dos años; un aumento que se ha concentrado en los de menor cuantía. ¿El motivo? La crisis, que ha provocado la aparición de un nuevo tipo de defraudador, el que actúa por motivos de necesidad económica. Esta es una de las conclusiones extraídas por Zurich en materia de lucha contra el fraude en las aseguradoras.

Según explica Carlos Palo, director de Siniestros del grupo en España, esto significa que algunas personas con problemas económicos ven en el fraude al seguro una válvula de escape a sus problemas, una forma de obtener ingresos. Esta actitud es diferente al clásico defraudador ‘casual’, que basa su actuación en la creencia de que engañar al seguro no es malo; o el ‘profesional’, que forma tramas organizadas. Cualquiera puede encajar en este nuevo perfil. Mariano Paradell, investigador privado y director general del Grupo Paradell Consultores, comenta que el fraude lo puede cometer desde un ama de casa que se cae en el supermercado, y que magnifica sus lesiones; a un empresario que necesita liquidez ante las tensiones de tesorería y la falta de crédito bancario. En este último caso, se ha apreciado un incremento del fraude en los comercios y Pymes. Por ejemplo, en el caso de los incendios intencionados; y en los robos, en los que se ha elevado el porcentaje de casos en los que se aprovecha para magnificar el riesgo.

La crisis también ha puesto de moda algunos fraudes. Por ejemplo, en Autos, se provocan siniestros con daños materiales pequeños, pero al cabo de un tiempo comienzan a aparecer lesionados alegando el famoso ‘cuponazo cervical’. Hace unos años en la provocación del siniestro solía haber sólo un coche y una persona. Pero ahora los dos coches implicados en el accidente están compinchados y con más de un pasajero en cada uno de ellos por lo que puede haber hasta 10 lesionados por un choque provocado, con el consiguiente coste para la aseguradora. Este es uno de los motivos por el que Carlos Palo ha insistido en la necesidad de concienciar a la sociedad sobre el fraude y en la importancia de combatirlo, ya que de no hacerlo, repercutirá en una mayor siniestralidad y, por tanto, en la inestabilidad de las primas: “Un fraude no detectado, no evitado, hace aumentar la siniestralidad global, y esto condiciona el precio del seguro”.

Tendencia al alza

La tendencia al alza del fraude, sobre todo el de menor cuantía, se mantendrá, según Carlos Palo, debido a que la solución a la crisis no parece cercana. Según los últimos datos de ICEA, en 2010 se registraron 118.470 casos de fraude en España, lo que supone un incremento del 16,5%. Las cantidades reclamadas ascendieron a 486 millones, un 12,7% más. De esa cantidad, se pagaron 138 millones y 348 millones correspondieron al fraude evitado. Todavía no hay datos de 2011, pero según las cifras preliminares manejadas por Zurich para la compañía, el crecimiento del número de casos y el importe reclamado rondará el 15%, incremento que se espera que sea similar para el conjunto del sector.

En Zurich, según ha explicado María Fernanda Guerreiro, responsable de la Unidad de Fraude de la entidad en España, la estrategia de lucha contra el fraude se basa en tres pilares: prevención, detección e investigación. En estos dos últimos ámbitos se ha implantado una política global por parte de equipos locales especializados y de una red de expertos, como peritos, médicos, detectives…, que aportan las pruebas necesarias para constatar el fraude. En el caso de Zurich, el número de casos detectados en 2011 es inferior al 5% de los siniestros declarados.