La Policía Nacional detuvo a una agente de seguros como presunta autora de un delito continuado de estafa a la aseguradora en la que trabajaba, tras tramitar 29 siniestros poniendo como beneficiarios a amigos y familiares suyos. La cantidad defraudada asciende a 33.306 euros. La mujer trabajaba en la compañía desde hace 15 años. Las investigaciones se iniciaron tras interponer ella misma una denuncia en la que manifestaba que alguien había tramitado una serie de pagos por siniestros de vehículos usando sus claves. Los siniestros existían, ya que eran daños producidos por el vehículo asegurado a puertas, muros, viviendas o garajes, pero el perjudicado no había reclamado en tiempo y forma, por lo que no tenía derecho a indemnización. La agente realizaba la tramitación a beneficiarios ajenos al hecho, recibiendo las liquidaciones mediante transferencia bancaria.