E2000 considera sobre la propuesta de IMD II que "no es momento de adaptaciones sino de defensa de la profesión, ya que esta propuesta de directiva, es simplemente eso, una propuesta y estamos en el momento de modificarla. Tal y como está, en su estructura de conjunto como en su redactado y lo que entendemos podrían ser las consecuencias, consideramos la propuesta como algo realmente negativo para la mediación. Y muy negativo con respecto a la mediación profesional que es a quien representamos y defendemos. Y desde luego negativo para un ordenamiento eficaz". La organización expresa que se debe seguir trabajando "y no aceptar como válida esta propuesta que contribuirá a cambiar radicalmente en pocos años la distribución dirigiéndose a una concentración de operadores, bien bancaseguros, bien mega-brokers extranjeros… Consecuencia: mayor concentración de riqueza y más paro".

Otra de sus valoraciones es que "la ingente cantidad de conceptos indeterminados comenzando por el más evidente que es la definición de mediación, se distancia del fin de preservar la protección de los consumidores y mejorar el principio de transparencia como pretende la exposición de motivos, definiendo de forma clara y concreta la actividad de mediación y el mediador se disiparían muchas dudas, tanto de índole económica, como de responsabilidad. Las ambigüedades pueden producir mucha distorsión en el mercado y la pérdida de referentes para los operadores del sector y para el consumidor".

E2000 estima que la propuesta "no vela por los intereses de la idiosincrasia de la mediación que se caracteriza por operadores pequeños y medianos. Las consecuencias pueden ser una rápida desvertebración de la estructura económica del sector y un notable aumento del desempleo medianamente cualificado". Añade que "se habla de nuevo de la necesidad de indicar la retribución y expresar el importe, lo que nos parece totalmente inadecuado. La comisión es lícita y necesaria en la intermediación empresarial. La transparencia en los negocios existe en el sector de la mediación desde que el cliente conoce el precio final de las cosas y sus impuestos, y los empresarios han de depositar sus cuentas en el Registro Mercantil".

Y concluye expresando que, "en esencia más que una propuesta de ordenamiento, se convierte en un desorden práctico y en un enorme agravio comparativo".