Las tendencias poblacionales que identifica MetLife en un nuevo estudio dejan claro que el envejecimiento de la población constituye el principal problema para los países, pero debido a que la natalidad es más baja y a que el número de trabajadores en activo se sigue reduciendo. El crecimiento será desigual pero se dejarán sentir sus repercusiones.

Como ejemplo, China e India, los dos países con mayor número de personas, se espera que registren incrementos de población el 5% y el 25%, respectivamente. Y en ambos se prevé un aumento exponencial del porcentaje de personas mayores respecto a los jóvenes. Todo ello tendrá un impacto económico en las familias. "La disminución de la población o un crecimiento casi nulo de la misma suele traducirse en una mayor presión fiscal para los trabajadores en activo, pues son ellos quienes deben costear los gastos sanitarios del Estado para un número cada vez mayor de personas de la tercera edad. Igualmente, conlleva menos puestos de trabajo, un débil crecimiento laboral y unas tasas de desempleo cada vez más altas entre los jóvenes adultos", explica MetLife.

A su vez, la consecuencia de la situación demográfica se traduce en que los jóvenes tienen cada vez menos hijos y en una mayor emigración de jóvenes en busca de trabajo. Por otro lado, el aumento de personas de la tercera edad puede incrementar considerablemente los gastos médicos de los países.

Para Luis Javier Sánchez Mulligan, Chief Marketing Officer de MetLife en España, "es evidente que el ritmo de envejecimiento y el perfil demográfico de cada país es diferente. Pero lo que está claro es que los recursos estatales no serán suficientes en el futuro para cubrir todas las necesidades de una población de personas mayores en rápido crecimiento. Por todo ello, es imprescindible que las personas en edad de trabajar, sean de la nacionalidad que sean, tengan en cuenta que ellos también serán ciudadanos de la tercera edad y se preocupen de planificar su futuro financiero".