No obliga pero sí condiciona. Y no se esconde, lo anuncia abiertamente: Bankinter mejora su hipoteca a interés variable bajando al 1,7% el margen aplicado sobre el euribor tras el primer año. A cambio, el cliente tiene que someterse a la domiciliación de la nómina con tres recibos, a la contratación de un seguro de Vida y uno de Hogar.

Si no contrata uno solo de esos productos el ‘peso’ será implacable. El diferencial se incrementaría en un 1% si no se contrata el seguro de Vida o se domicilia la nómina, o en un 0,25% por no contratar el de Hogar.

Eso sí, la entidad resalta que en ese “nuevo empujón a su oferta hipotecaria” la hipoteca puede destinarse a primera o segunda residencia, no tiene cláusula suelo ni comisiones de apertura o cancelación anticipada. Y rebaja de 3.000 a 2.000 euros al mes los ingresos familiares netos exigidos para acceder al producto. Es más, contempla condiciones especiales para titulares menores de 35 años.

Pero en toda esa oferta se echa en falta una vez más el asesoramiento profesional de la mediación que subrayan los representantes del sector. El de Bankinter es sólo un caso más, un “obedecer a ciegas deja ciego”, que rezaba la canción.