Los juguetes conectados a Internet suponen un riesgo añadido para los más pequeños

Los juguetes de última generación son capaces de interactuar con los usuarios, tienen conectividad a Internet y se pueden manejar a través de la conexión con un Smartphone. Pero muchos de ellos como la muñeca Cayla y el robot i-Que presentan graves fallos de seguridad y ponen en riesgo la privacidad de los menores, según un estudio del Consejo de Consumidores Noruego y que tal y como recuerda la abogada de ARAG, Alicia Delgado, “en países como Holanda y Bélgica ya han empezado a retirar estos juguetes de las tiendas”. Cualquier producto que se conecte a Internet, explica Delgado, “puede ser objeto de ataques por parte de ciberdelicuentes”. Así que la abogada de la compañía de seguros propone, como medida preventiva, “conocer las características del juguete, sus servicios y opciones de privacidad”.

La compañía ARAG aconseja a los padres adoptar 7 medidas básicas para aumentar el nivel de seguridad de los ‘smart toys’:

1. Cambiar las contraseñas predeterminadas.

2. Revisar las conversaciones mantenidas en los chats.

3. Controlar el perfil del usuario del niño/a y de los amigos que se relacionan con ellos.

4. Controlar y revisar la información proporcionada por fabricantes para el uso de estos juguetes así como las recomendaciones relativas a las edades aconsejadas para su uso.

5. Establecer controles parentales y actualizar el software para adoptar los dispositivos de seguridad y así evitar cualquier ataque externo.

6. Activar medios de pago en los que se deba utilizar una contraseña que no sea conocida por el menor.

7. Informarse. Hablar abiertamente con los menores sobre el uso de estos dispositivos conectados a Internet y advertirlos de los peligros de la red siempre creando un clima de confianza.