¿Los mediadores tendrán espacio en los riesgos emergentes?

Todo lo que sea hablar de futuro nos parece complicado. Y hablar de adaptación es hasta doloroso. Pero un colectivo que a lo largo de su historia ha sido capaz de amoldarse a cualquier cambio es el de la mediación. ¿Por qué no hacerlo a los nuevos riesgos que, sí o sí, serán habituales en los próximos años? Más allá de la especialización del mediador en determinados ramos, no es descabellado que al menos unos pocos opten por multiplicar su carácter de asesor especializado. Aquí van 4 ejemplos.

- Drones
Los drones se consideran aeronaves y por tanto están sujetos a la legislación aeronáutica en vigor tanto en España como en Europa. El Ministerio de Fomento se ha aplicado para regular su uso comercial y profesional. Los drones no son juguetes y hará falta formación específica para pilotarlos, pero están de moda y su utilización será cada vez más habitual.

- Desarrollo sostenible
El sector asegurador siempre acompaña y ayuda a que la sociedad se adapte. Y el modelo de desarrollo sostenible que cobra fuerza es también objeto de atención. Las aseguradoras ya realizan una importante función en gestión de riesgos asociados al cambio climático y los mediadores podrían aportar su capacidad para extender los productos relacionados con las energías renovables, edificios inteligentes –y sostenibles-, coches híbridos, explotaciones forestales o turismo sostenible. Es más complejo que resumirlo en un párrafo, pero que hay grandes oportunidades es indudable.

- Vehículos autónomos
Reiteran las empresas punteras, algunas Administraciones y unos cuantos fabricantes que la conducción autónoma, los vehículos sin conductor, serán una realidad. Antes ponían un horizonte de casi 30 años, pero ya se habla de 15-20. Cuando llegue la conducción autónoma, también el seguro de Autos deberá adaptarse. Ya ha habido pruebas exitosas en España.

- Frente a las estrategias fiscales inmorales
La sensibilidad política y social por la fiscalidad de las empresas se está extendiendo. Y lo que es más importante: el escenario internacional de la fiscalidad va a cambiar. Por sacar un aspecto concreto que interese al mediador y que nos suene más, será fundamental todo lo relacionado con los riesgos reputacionales frente a un aumento de demandas sociales por la fiscalidad de las multinacionales. Lo explica Carolina del Campo (KPMG): “es necesario que las empresas vinculen su política fiscal con su estrategia de marca y política social, ya que su reputación puede verse dañada ante las acusaciones de desarrollar estrategias fiscales inmorales”.