Parece que el mal inicio de año respecto a víctimas mortales en carreteras se refiere ha cambiado de tendencia. La operación verano que acaba de concluir ha registrado un total de 224 muertos, lo que supone un descenso en 31 personas (12% menos) respecto a los datos de 2016, año en el que repuntó el número de fallecidos (1.160, 29 más que en 2015).

Según destacó ayer el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, en julio fallecieron 121 personas (3 menos que un año antes) y en agosto 103, 28 menos que en el mismo mes de 2015, lo que representa el mejor dato para España desde que existen datos en 1960.

Las carreteras secundarias continúan siendo la losa principal y registraron el 80% de las muertes; el accidente más frecuente fue la salida de vía (43%) y casi el 30% de los fallecidos que viajaban en turismo no llevaba puesto el cinturón de seguridad.

En los primeros 8 meses del año han perdido la vida en las carreteras un total de 775 personas, 23 menos que hace justo un año. Además, hay que tener en cuenta que los desplazamientos de largo recorrido han aumentado un 4,4% y se han producido 277,2 millones de viajes, 11,7 millones más.