Para mejorar la seguridad alimentaria hay que cerrar la brecha producción-suministro

Lloyd’s ha publicado el 'Crisis en el sistema alimentario', el informe que ha elaborado junto con investigadores de varias universidades e instituciones y cuyo objetivo es ayudar a los suscriptores a identificar el impacto de la seguridad alimentaria en el seguro y la modelización del riesgo. Una de las cuestiones es que para mejorar la seguridad alimentaria resulta esencial cerrar la brecha entre la producción y el suministro de alimentos. Sin embargo, la capacidad del sistema mundial alimentario para alcanzar esa meta se encuentra bajo la presión crónica que ejercen el crecimiento global de la población y los cambios en los hábitos de consumo, resumen. Pero advierten de que mientras las múltiples discusiones sobre seguridad alimentaria se centran exclusivamente en esta presión, poco se ha hecho por explorar la creciente vulnerabilidad del sistema alimentario global ante una potencial interrupción de carácter grave.

Lloyd’s enuncia que como respuesta ha desarrollado un escenario de pruebas de estrés frente a una interrupción grave, pero plausible, de la producción global de alimentos e investigar las implicaciones que ello tendría para el seguro y la modelización del riesgo. Creado por expertos en seguridad alimentaria y en la economía de desarrollo sostenible, el escenario representa una serie de sucesos con una probabilidad enmarcada dentro de un periodo de retorno de referencia de 1:200 años frente a los que, de acuerdo con las directrices de Solvencia II, los aseguradores deben sobreponerse.

Entre otras conclusiones Lloyd’s expone las siguientes: Una crisis sistémica de la producción global agrícola de alimentos  podría tener repercusiones económicas, políticas y sociales de ámbito general, con incrementos en los precios de los alimentos, disturbios y caídas de los mercados de valores; una crisis sistémica del suministro global de alimentos podría desencadenar siniestros significativos en múltiples líneas de negocio; la industria aseguradora puede contribuir de manera significativa a mejorar la resiliencia y sostenibilidad del sistema alimentario global; las aseguradores deben trabajar conjuntamente con los investigadores para desarrollar modelos capaces de capturar no solo los efectos físicos de acontecimientos extremos, sino también las diversas repercusiones económicas y sociales de los mismos.