"Quizá los mediadores somos el primer punto de la regeneración financiera"

José Miguel García es un tipo curioso porque a su trabajo como responsable de la oficina de Mapfre en Sant Cugat del Vallés (Barcelona) y su pasión por la poesía suma una peculiar forma de ser y de entender la vida. Un primer libro de Rubén Darío 'cambió' su vida y le inyectó el verso, y más tarde él mismo empezó a escribir poemas con tan sólo 12 años. Ahora prepara el lanzamiento de su segundo libro de poesía, "algo más en serio que el anterior".

Precisamente, se autodenomina "el primer poeta" del tercer milenio porque nada más empezar el nuevo siglo presentó su primer libro porque si no podía ser el mejor poeta del mundo, quería, por lo menos, convertirse en el primero.

Su visión de la vida y de la profesión llama la atención. Para empezar, cree que "quizá los mediadores somos el primer punto de la regeneración financiera" y, desde un punto de vista un poco más melancólico, se pregunta si "¿el mediador es el último Quijote?".

Y tanto en su trabajo como cuando llega a casa asegura que "yo siempre me sincero y me doy". Prácticamente no ve ni utiliza el correo electrónico, no tiene tiempo y el poco del que dispone lo dedica a su familia y al trabajo, y bastante menos a la poesía. Nació en una cueva en Gor (Granada); antes vivía en Montmeló y durante un tiempo incluso anduvo metido en política. Pero de muchas cosas -sobre todo de la política- se ha alejado y ahora recomienda buscar en cada uno algo de autenticidad porque se trata de "ser una alternativa más en la subasta; ser tú el que eliges lo que quieres y como quieres, precisamente por ser una persona. Incluso para disfrutar".

Y deja una importante recomendación: "Es el último momento para disfrutar de los mediadores y no de los cajeros biológicos humanizados".