La ruptura de la presa de Aznalcóllar no se debió a fallos en su diseño

El Tribunal Supremo ha declarado que la ruptura de la presa de Aznalcóllar en 1998 no fue causada por fallos en su diseño. La operadora de la presa, la empresa sueca Boliden, denunció en su día que la ruptura se debió a un fallo en el diseño, por lo que elevó sus reclamaciones a las compañías ACS (antes Dragados), Intesca-Inarsa, Geotecnia v Cimientos y Geocisa y varios reaseguradores del mercado de Londres. QBE Syndicate 386 lideró el seguro, asesorado por la firma Beachcroft empresa. En sucesivas sentencias se rechazó la demanda de Boliden y el posterior recurso, concluyendo que la decisión de Boliden de modificar el diseño de la presa mediante la construcción de una serie de zanjas de drenaje comprometió la estabilidad de la presa, lo que ha ratifica el Tribunal Supremo.