Sham presenta un estudio sobre los retos de la radiología

Sham presenta un estudio 'La prevención de riesgos en radiología y diagnóstico por imagen' sobre los retos de la radiología desde el punto de vista asegurador, una especialidad médica considerada de bajo riesgo por las aseguradoras pero que se ve envuelta con cierta frecuencia en reclamaciones.

Según Frèderic Fuz, director del servicio de Gerencia de Riesgos de Sham España, aunque la frecuencia y volumen de reclamaciones relacionadas con radiología está muy por detrás de las de cirugía, traumatología, obstetricia o urgencias, "esto puede deberse a que nuestro sistema de especialidades, todavía clasificado en gran medida en órganos y sistemas, genera sesgos de medición, lo que conduce a que cierto número de reclamaciones por radiología se identifiquen erróneamente bajo otra disciplina".

Aunque con bajas tasas de reclamaciones, la radiología española se enfrenta a un reto inmediato y de especial relevancia en la seguridad del paciente: la trasposición de la Directiva 2013/59/Euratom por la que se establecen normas de seguridad básicas para la protección contra los peligros derivados de la exposición a radiaciones ionizantes, plazo que expira este 6 de febrero. Esta directiva, aunque no es exclusivamente médica, "pone de relieve la necesidad de justificar la exposición médica, incluida la de personas asintomáticas, y propone requisitos más estrictos en cuanto a la información que debe proporcionarse a los pacientes, el registro y la notificación de las dosis de los procedimientos médicos, el uso de niveles de referencia para diagnóstico y la disponibilidad de dispositivos indicadores de dosis", explica Carlos Fernández Herreruela, director médico de Sham España.

Recomendaciones para la gestión de riesgos en radiología

La publicación realiza una serie de recomendaciones para la gestión de los riesgos en radiología. Empezando por la forma en que se solicitan los exámenes de imagen, un paso crítico. Además, la comunicación clínico-radiólogo ha de ser fluida antes, durante y después de la prueba de imagen y ambos deben asegurar la justificación y relevancia del examen, así como la relación riesgo-beneficio. En lo que respecta a la interpretación de las imágenes hay que tener en cuenta que el radiólogo no puede redactar su informe sobre la base única de las imágenes sin información sobre el examen clínico o los síntomas referidos del paciente. Se debería emitir sistemáticamente un informe elaborado por el radiólogo dentro de un plazo compatible con la urgencia del caso, así como organizar la confrontación de las interpretaciones del clínico y el radiólogo sobre los resultados de los exámenes de imagen y en caso de discordancia, sobre todo en urgencias, organizar la reevaluación del paciente.

Una cuestión importante para evitar posibles reclamaciones tiene que ver con posibles retrasos en caso de que sea necesario utilizar un aparato de diagnóstico por imagen que prolongue el tiempo hasta la realización del examen clínico. Debe darse una completa información al paciente sobre los riesgos de la prueba y una completa formación a los profesionales relacionados con la realización de las pruebas. La interpretación de las imágenes se ha de realizar utilizando aparatología y software adecuados