La siniestralidad marítima mundial, en mínimos históricos

El número de siniestros marítimos está descendiendo año tras año. En 2016, se registraron 85 accidentes en el ámbito de la navegación, lo que significa un mínimo histórico y una reducción del 16% respecto al ejercicio anterior, cuando la cifra se elevó a 101. Además, si analizamos la última década, observamos que la siniestralidad ha caído nada menos que un 50%. Como consecuencia, los 85 siniestros de 2016 dejaron un balance de 2.611 víctimas, con una reducción del 4%. Estos datos proceden del quinto informe 'Safety & Shipping Review 2017', elaborado por Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS).

"Aunque la tendencia descendente a largo plazo es alentadora, no podemos relajarnos", afirma Baptiste Ossena, director global del producto de Casco y RC Marítima de AGCS.

El naufragio, causa más frecuente

La causa más frecuente sigue siendo el naufragio, que representa más de la mitad de todos los siniestros registrados en 2016. En la mayoría de los casos, se produjeron por condiciones meteorológicas adversas y daños en la maquinaria, según se ha detectado en un tercio de los incidentes navieros.

De los 85 accidentes de 2016, 23 tuvieron lugar en el sur de China, Indochina, Indonesia y Filipinas; y 12, en el Mediterráneo Oriental y el Mar Negro. Así, el informe constata que los siniestros crecieron en Japón, Corea, el norte de China, África oriental, el Atlántico sur, la costa oriental de Sudamérica, en el Ártico canadiense y Alaska.

Según un análisis de la última década, el Mediterráneo Oriental y el Mar Negro se ha convertido en la zona más conflictiva con 563 siniestros. No obstante, sigue preocupando la piratería, los incidentes navieros en aguas del círculo polar ártico (aunque se han reducido ligeramente) y los secuestros de tripulaciones en Asia y África Occidental, que continúa incrementándose. así como el impacto del incremento previsto en el tráfico polar.

Principales retos del sector

Según el estudio, las navieras se están enfrentando a una gran presión legislativa además de intensificarse la vigilancia medioambiental, haciendo frente a multas récord por contaminación. Asimismo, las nuevas normas sobre gestión de agua de lastre han sido bien recibidas en el sector aunque el coste de su cumplimiento puede tener un impacto significativo sobre los armadores.

Por otra parte, el riesgo político sigue aumentando: la actividad en zonas calientes como Yemen o el mar de la China Meridional puede afectar potencialmente a las rutas de los buques.

Además, no hay que olvidarse de la amenaza de los ciberataques en alta mar. La mayoría han tenido por objeto la violación de la seguridad corporativa, más que la toma de control del buque. "El sector naviero no está especialmente concienciado en lo que se refiere al riesgo cibernético. Como hasta la fecha no se ha producido ningún incidente grave como consecuencia de ciberataques, son muchos en el sector los que se muestran complacientes con estos riesgos", sostiene Rahul Khanna, director de Consultoría de Riesgos Marítimos de AGCS, quien prosigue: "No debería desatenderse la seguridad informática. Si los hackers fueran capaces de tomar el control de un gran portacontenedores en una ruta de importancia estratégica, podrían bloquear el tráfico durante un largo periodo de tiempo, lo que causaría importantes pérdidas económicas". Y añade Baptiste Ossena: "Se está formando una tormenta perfecta de mayor presión normativa combinada con menores márgenes y nuevos riesgos".

Apoyo de la tecnología

No obstante, la tecnología está mejorando la seguridad marítima. Según AGCS, las nuevas herramientas informáticas de navegación y supervisión podrían contribuir a reducir el impacto de los errores humanos, que han provocado pérdidas por importe de 1.600 millones de dólares en los últimos cincos años. Sin embargo, advierte de que una excesiva dependencia entraña riesgos. "Las tripulaciones y los oficiales deben entender las carencias y los límites de la tecnología", aconseja Rahul Khanna.

La aseguradora aboga por implantar sistemas telemáticos como en los vehículos y reconoce que ya está en una primera fase de colaboración con los armadores para utilizar el análisis de los registradores de datos de travesía (RDT).

La tecnología puede también emplearse para mejorar el bienestar de la tripulación. Por ejemplo, los problemas de salud en alta mar pueden, a menudo, ser difíciles de atender debido a su localización. Como respuesta, AGCS –junto con Allianz Worldwide Care y Allianz Global Assistance– ofrece a las tripulaciones asistencia 'telemédica'.