La sucesión en las corredurías hay que hacerla cuando las cosas están bien

El encuentro de agentes y corredores de Castilla y León celebrado en Salamanca abordó la problemática de las empresas familiares como lo son gran parte de las corredurías de seguros. El Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Salamanca, Julio Pindado, explicó, entre otros asuntos, cuándo es el mejor momento para llevar a cabo una sucesión en el negocio familiar. Indicó que “hay que hacerlo cuando las cosas están bien, cuando nos llevamos bien”. Destacó que es necesario entrevistarse con cada persona para conocer cómo entienden la empresa y el negocio.

El proceso de sucesión debe llevar tiempo; añadió que analizar bien quién es el más idóneo y valorar si debe ser alguien de la familia o no y si está ya en la empresa o es necesario contratar a alguien de fuera buscando lo mejor para la empresa.

Poner la empresa antes que la familia

Como director del Instituto Multidisciplinar de Empresa, Pindado detalló también los problemas que se pueden presentar en este tipo de empresas: solapamiento entre empresa y familia, dificultades para la renovación organizativa, problemas en planificar la sucesión, confusión entre patrimonio familiar y empresarial o defectos en la comunicación.

Esbozó también algunas soluciones como tener claro que en la familia predomina el sentimiento y la empresa debe regirse por el mercado o la necesidad de que cada cosa tenga su entorno y no se mezcle, o saber discernir entre los intereses de la empresa y de la familia. De hecho, indicó que “deben prevalecer los de la empresa. De lo contrario se cargarán la familia y la empresa”. A modo de ejemplo, con ironía señaló que hay que saber despedir a un hijo y al llegar a casa preguntar en qué puedo ayudarte que sé que has perdido el empleo.

Añadió que hay que evitar ciertas trampas que se pueden dar en los negocios familiares: hay cosas que no se heredan, no hay clones y hay que elegir lo mejor. Animó a no creerse que se está inmunizado y a aumentar la profesionalización. Apuntó que empresa y familia son dos sistemas que interactúan “pero deben estar aislados, se tienen que tratar sus asuntos en sedes diferentes”.