Swiss Re: Baja penetración de seguros contra terremotos incluso en países de riesgo

Swiss Re ha elaborado una clasificación con los terremotos de los últimos años en todo el mundo que han provocado las mayores pérdidas: Sólo entre los años 2010 y 2011 los eventos sísmicos han dejado pérdidas superiores a los 276.000 millones e dólares. Los datos que recoge en su estudio 'Lecciones de los últimos grandes terremotos' revelan que buena parte de los grandes terremotos han causado un número devastador de víctimas mortales y de heridos y elevados daños en los últimos dos años y que el impacto ha sido muy considerable en países con "seguro insuficiente".

Lucia Bevere, una de las autoras de la publicación, asevera que "la industria de seguros está jugando un papel clave en la financiación post-desastre de los países afectados. Aunque no puede sustituir la pérdida de vidas y medios de vida, un seguro adecuado y otros mecanismos de transferencia de riesgo pueden acelerar el proceso de recuperación".

Pero la contribución de la industria aseguradora a los esfuerzos de reconstrucción muestra diferencias muy significativas entre países. La reaseguradora suiza recoge que la industria de seguros pagará un 80% del costo total del terremoto de febrero 2011 en Nueva Zelanda, y en cambio sólo afrontará el 17% de los daños por el terremoto de Japón en marzo de 2011. Lo anterior se explica por el hecho de que la penetración de seguros contra terremotos es más alta en Nueva Zelanda y muy baja en Japón, en particular para las propiedades comerciales.

Esa cuestión, según Bevere, muestra la baja percepción entre la población aunque esté sometida a alto riesgo sísmico: "La escasa frecuencia de eventos sísmicos, en comparación con otras catástrofes naturales, tiende a crear la percepción de que el riesgo sísmico es mucho menor que lo que realmente es, incluso en lugares donde ha habido casos devastadores y mortales como California". Y recuerda que si no se cuenta con cobertura de seguro, las reparaciones tras un desastre corren a cargo de los fondos gubernamentales y, en última instancia, de los contribuyentes.