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22 de julio
09:43 2021
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Condenado un agente de seguros por engañar con la venta ficticia de acciones

La Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado a dos años y medio de prisión a un agente de seguros que engañó a un cliente con la venta ficticia de acciones por valor de 34.500 euros. Señala el fallo que "el acusado no estaba legitimado para operaciones de inversión" por parte de la compañía aseguradora con la que trabajaba.

La sentencia, que no es firme y puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo,  considera al agente autor de un delito continuado de estafa y a la pena de prisión suma la indemnización al perjudicado por el importe de la cantidad de la que se apoderó. Indica el texto que se ha tenido en cuenta las declaraciones del propio acusado -quien no negó los hechos- y el testimonio del cliente. También se ha tenido en cuenta al representante de la compañía de seguros quien confirmó que el agente no contaba con autorización para reservar y comprar acciones y "negó que dichas inversiones se hubieran llevado a cabo".

Acciones de la compañía

Relata la sentencia que el agente propuso adquirir 100 acciones preferentes de la compañía por valor de 29.800 euros. Operación que el cliente aceptó y transfirió la cantidad requerida en la cuenta que era titularidad del acusado. Éste le remitió un "certificado pretendidamente acreditativo de la adquisición de 100 acciones preferentes" que, sin embargo, "no había sido realizado por la aseguradora, sino confeccionado por él mismo para dar apariencia de cobertura a la operación".

Meses después, le propuso una nueva operación de compra de 16 acciones por un importe de 4.768 euros y el cliente volvió a acceder, recibiendo un nuevo certificado "simulado" similar al anterior.

Cita la sentencia que "con el artificio referido, el acusado, quien ni había efectuado realmente la compra de las acciones ni estaba legitimado para ello, consiguió apoderarse de la suma de 34.568 euros que pasaron a formar parte de su patrimonio", añade el relato de hechos.

El ahora condenado en el juicio esgrimió "una versión defensiva pretendidamente justificativa de este comportamiento fundada en una supuesta problemática personal con consecuencias, según afirmó, en su capacidad decisoria", se cita.