El equipo de GSAM Insurance Asset Management ha publicado el informe ‘Managing P&C Insurance Portfolios in an Uncertain Inflation Environment’ sobre la gestión de carteras de las aseguradoras en un contexto de incertidumbre en la inflación. Según el estudio, las aseguradoras, históricamente, han sufrido en periodos de inflación elevada, ya que tanto los activos como los pasivos se ven afectados negativamente por el aumento de los precios: los retornos de los activos reales se deterioran, mientras que el valor de las indemnizaciones se eleva, lo que conlleva un descenso de la rentabilidad. Una vez asimilados el impacto de la inflación, tanto en el activo como en el pasivo del balance de situación, el siguiente paso, según GSAM, es adaptar la estrategia de inversión para intentar mitigar los efectos negativos de la subida de los precios, por ejemplo, mediante bonos vinculados a la inflación y swaps para cubrir el impacto a corto plazo de la inflación en los pasivos además de preservar el valor de los activos en términos reales.

También es importante analizar los efectos secundarios de la inflación en la cartera de activos que se derivan de la reacción del mercado a la inflación. Normalmente, cuando la inflación es elevada o se espera que lo sea, los tipos de interés sufrirán tensiones alcistas. Por tanto, las carteras tradicionales de renta fija de seguros sufrirán caídas. Las inversiones en activos a tipo variable o con estrategias de duración con cobertura reducirán esta exposición.

Otra forma de cambiar la estrategia de inversión para combatir la inflación sería incluir los llamados activos reales en la asignación de activos de la aseguradora. Estos activos incluyen materias primas e inmuebles que, por sus perfiles de liquidez y volatilidad, no suelen contemplarse a la hora de componer las carteras de activos de este tipo de empresas: “Creemos que en el momento actual del ciclo económico, merece la pena evaluar el impacto de la inflación y mitigar de manera efectiva este riesgo”.