Las aseguradoras establecen métricas más sofisticadas para gestionar la volatilidad

Como parte de la presión de los inversores, las aseguradoras son menos tolerantes con los ratios pérdida de beneficio. Por esta razón se observa en el sector una apuesta más decidida hacia métricas más sofisticadas como la rentabilidad sobre el capital social y económico y gestionar así mejor los beneficios, según se destaca en una encuesta internacional realizada por Willis Towers Watson.

En ella se destaca que el reaseguro cada vez se utiliza más para proteger ingresos y reducir la volatilidad de las compañías de seguros cuyas compras se rigen por el apetito de riesgo y realizadas para optimizar la gestión del capital y los cumplir sus objetivos de rentabilidad.

Se señala también que de 260 aseguradoras de 51 países, el 98% han adoptado un apetito de riesgo formal o tienen intención de hacerlo en un plazo de 3 años. Los que responden la encuesta indican que su capacidad de gestión del riesgo ha mejorado pero destacan que es necesario incrementar la cultura del riesgo. Además, apuntan que Cyber es su principal preocupación debido a la dificultad por definirlo y administrar soluciones, tanto de la perspectiva de suscripción como desde la parte operativa.

James Kent, director ejecutivo de la firma, destaca que gestionar la volatilidad de los resultados de la volatilidad es de importancia mayúscula en las aseguradoras y su estrategia de reaseguro, medida por el apetito de riesgo, "es clave" para ello. Añade que la encuesta muestra que el número de compañías No vida que utilizan la tasa de rendimiento de capital como su métrica de ganancias se ha duplicado en los 2 últimos años. Un cambio que considera en línea con la recomposición de reaseguro en las estrategias de las aseguradoras. Por su parte, Alice Underwood, líder mundial de consultoría y tecnología de seguros del bróker, estima que el capital regulatorio sigue siendo la medida de capital más importante, pero que el capital de riesgo económico y de catástrofes está cogiendo impulso. Indica que "el uso de modelos de capital interno aumentó sustancialmente entre 2015 y 2017".