Un buen asesoramiento profesional y contar con el seguro adecuado es fundamental para que los administradores de sociedades desarrollen su actividad sin que su patrimonio ose vea comprometido. Es la principal conclusión del encuentro organizado por la Fundación Inade sobre el seguro D&O, en el que se analizaron las responsabilidades de consejeros y directivos.

David Gimeno, suscriptor senior de Líneas Financieras de QBE, detalló que "este tipo de pólizas protegen al asegurado ante actuaciones negligentes, lo que de ninguna manera significa que, por estar asegurado, pueda actuar de manera indebida sin consecuencias. El administrador solo tendrá cobertura cuando no haya dolo en sus acciones u omisiones. Si en el juicio se demuestra que incumplió, por ejemplo, una obligación legal de manera consciente e intencionada, el seguro quedaría sin efecto".

Sobre los siniestros de D&O, Gimeno precisó que los más habituales son los relacionados con el empleo, la legislación y la competencia desleal. En el caso de su compañía, destacó que del 100% del gasto que suponen estos siniestros, el 60% se destina a la defensa. Añadió que "los abogados que llevan este tipo de siniestros deben estar especializados en la materia, normalmente son muy buenos y sus servicios hay que pagarlos. También son procesos muy largos, la media para resolver un siniestro de consejeros y directivos es de año y medio, aunque tenemos casos que llevan más de ocho años sin cerrarse".

José Manuel Busto Lago, catedrático de Derecho Civil de la Universidad de A Coruña, agregó en su intervención que "los riesgos se pueden solventar si estamos bien asesorados, pero un siniestro de D&O que no está asegurado puede acabar con la empresa".

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