Los auditores internos recomiendan adoptar tres líneas de defensa para afrontar Solvencia II

Partiendo de la premisa de que la auditoría interna es obligatoria en Solvencia II, el Instituto de Auditores Internos (IAI) ha elaborado un documento para marcar un posicionamiento común y consensuado sobre qué hacer y cómo ante las exigencias de la normativa, útil para todas las empresas independientemente de su tamaño. La Fábrica de Pensamiento, el observatorio sectorial creado hace un año por el IAI, ha realizado el documento de posición ‘El rol de auditoría interna en Solvencia II’, que propone un modelo basado en tres líneas de defensa.

Sonia Vicente, directora de Auditoría Interna de MMT seguros y coordinadora del trabajo, detalló esas tres líneas de defensa: La primera línea engloba la parte operacional y determinadas funciones específicas como el negocio, la contabilidad, la función financiera, comercial, IT, recursos humanos y la función actuarial. La segunda incluye las funciones de cumplimiento y gestión de los riesgos. Y la tercera está constituida por la propia función de auditoría interna.

Solvencia II no es una revolución, es una evolución”, la diferencia es que convierte en mayor el universo a evaluar, enfatizó. En cambio, los nuevos retos son la dimensión, los recursos y la capacitación. Por ello, en su parte práctica, el documento del IAI aporta valor añadido para ayudar a cualquier auditor interno con un marco para poderlo desarrollar.

El trabajo ofrece todo ese marco auditable y explica el alcance mínimo de lo que debe cubrir la auditoría interna. Marca no sólo qué cubrir, sino cómo cubrirlo: Las principales actividades propias de la auditoría interna (evaluar sistemas de gobierno, los sistemas y la función de gestión de riesgos, el diseño del proceso de obtención los elementos cuantitativos, etc.); las actividades legítimas pero con limitaciones (asesorar a los órganos de administración); y las actividades que la auditoría interna no debe desempeñar (diseñar o implementar modelos y cálculos de Solvencia II y preparar y documentar el ORSA).

Sonia Vicente resalta la creciente utilización de la auditoría interna para la aplicación de Solvencia II, “podríamos decir que somos la función más experimentada”. En ese contexto, el modelo de control que propone el IAI “es muy diverso para las empresas, se trata de que cada una vaya a su velocidad. Porque el objetivo es llegar”.

Un gran reto para el supervisor

El presidente del IAI y director general de Auditoría Interna de Mapfre, José Manuel Muries, valoró que no sólo las entidades tienen trabajo por delante, “también es un gran reto para el supervisor, que tiene que cambiar sus métodos y formas. Tiene que hacer un esfuerzo mayor o igual que las empresas”.

Desde el punto de vista de la función de auditoría interna, Muries considera que “es más complejo el Pilar I” porque habla de fórmulas estándar con las complejidades que conlleva, “y los modelos internos mucho más”. Por su parte, Sonia Vicente cree que “empezar por el Pilar I era hacerlo por el tejado. El Pilar II no es complicado, es más amplio el perímetro, pero no cambia porque ya estamos haciendo el trabajo”. En cambio, el Pilar I es más especializado y además de conocer los conceptos, “a lo mejor hay que aumentar la especialización”.

José Manuel Muries prevé que Solvencia II va a obligar a las empresas a contar con auditores informáticos, sin cuya actuación será muy difícil la labor, y a que aumente la participación de personal técnico, como estadísticos matemáticos.

El presidente del IAI subrayó la gran acogida y demanda entre sus socios de los tres documentos que hasta ahora ha elaborado La Fábrica. Avanzó que tienen pendientes de publicar tres nuevos trabajos, sobre entorno de control, gestión del riesgo de fraude y auditoría interna de sistemas.