Aumenta el déficit contributivo de la seguridad social y ya representa el 1,7% del PIB

Al cierre del primer trimestre de 2020, la Seguridad Social presenta un déficit anual contributivo de 21.169 millones de euros, lo que representa el 1,7% del PIB. Significa 1.408 millones más que a finales de 2019, cuando alcanzaba el 1,6% del PIB. Ésta es una de las principales conclusiones que se extraen del último informe publicado por el Observatorio de Pensiones de Willis Towers Watson, elaborado por la compañía en colaboración con la Universidad de Valencia.

"El incremento del déficit contributivo es una muy mala noticia porque muestra cómo el agujero de la Seguridad Social aumenta, y eso que apenas recoge parcialmente el impacto de 15 días de la pandemia Covid-19. Me temo que cuando analicemos el saldo a final del segundo trimestre, incorporando ya una gran parte del impacto de la pandemia, el déficit se habrá incrementado mucho más por la reducción de las cotizaciones", ha explicado Gregorio Gil de Rozas, director senior del Área de Retirement de Willis Towers Watson.

El déficit anual contributivo es el índice que mejor recoge la salud financiera real del sistema de la Seguridad Social, ya que se calcula tras introducir ajustes en los ingresos y gastos por operaciones no financieras, excluyendo los ingresos y gastos no contributivos y las transferencias internas.

Tampoco ha mostrado cifras alentadoras el saldo del Sistema de Seguridad Social por operaciones no financieras, que arroja un déficit anual en el primer trimestre de 2020 de 20.359 millones de euros, equivalentes a un 1,65% del PIB, cuantía bastante mayor que los 16.793 millones de euros de déficit anual de 2019, equivalentes al 1,35% del PIB. "Sin ninguna duda, es momento de centrar los esfuerzos y recursos, de forma coyuntural, en mitigar los efectos sanitarios y económicos que está generando el Covid-19. No obstante, en relación con la Seguridad Social, habría que hacer un análisis técnico riguroso para distinguir entre el déficit estructural del sistema y el motivado por la pandemia. Cualquier medida futura que incremente el actual gasto del sistema debería tener un alcance limitado, incluyendo la revalorización de las pensiones", ha subrayado Gil de Rozas.

Según el informe, la importante variación de ambos saldos –sobre todo del de operaciones no financieras– se ha debido a tres motivos fundamentalmente: el pago de los atrasos por la revalorización de las pensiones de enero y febrero, abonándose en marzo unos 600 millones de euros más; los primeros efectos de la crisis del Covid-19, descendiendo significativamente la recaudación por cotizaciones; y la paralización de las transferencias del Estado, que se traduce en 2.700 millones menos que en marzo de 2019.