Jean-Paul Rignault, consejero delegado de AXA España, cree que las aseguradoras tienen mucho que aportar al cambio climático, con herramientas e informes que “nos convierten en los mejor colocados para ayudar”. Lo afirmó en la apertura del encuentro ‘Los riesgos del cambio climático’ organizada por Fundación AXA, y advirtió que la señal de ese cambio a escala global es visible y demuestra la acción del hombre en el calentamiento de la Tierra. Es hasta 50 veces superior a períodos anteriores el ritmo de calentamiento y “causa preocupación al sector”, pero confía en el papel del seguro, en la ayuda que proporcionan los productos aseguradores y la gestión responsable de los siniestros. “El reto de AXA y su Fundación es seguir trabajando para modificar los efectos del hombre sobre la Tierra”, concluyó.

La presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos, recordó que los aseguradores “somos verdaderos expertos, estamos obligados a anticipar riesgos”. Nos enfrentamos a un entorno cambiante, pero asevera que el seguro siempre tendrá capacidad de respuesta. Aludió a la importancia del Consorcio de Compensación de Seguros, con su doble garantía para el ciudadano y para la técnica aseguradora, además de constituir uno de los instrumentos de mayor solidaridad intergeneracional y jugar un papel nivelador del seguro. Afirmó que “las aseguradoras españolas están altamente capitalizadas”, por lo que si no existiera el CCS, podrían hacer frente a un gran desastre. También valoró que “la institución del reaseguro es fundamental” y los mercados han desarrollado figuras que refuerzan la capacidad de respuesta ante catástrofes.

Escenarios de tiempo y espacio favorecerán la oferta aseguradora

Para la directora general de Seguros y Fondos de Pensiones, Flavia Rodríguez-Ponga, el cambio climático, más que un riesgo en sí, es un fenómeno que puede aumentar los riesgos ya existentes y que aparezcan otros nuevos. Considera que “todos los seguros se ven afectados en mayor o menor medida”. Cree que se pueden mitigar los efectos del cambio climático y también la adaptación, con estrategias de prevención. En eventos climáticos extremos, “el papel coadyuvante del seguro” se pone de manifiesto a través de la financiación del riesgo, con el fomento e investigación del aseguramiento frente a catástrofes. Y en prevención, aportando información y experiencia en la gestión. Apuntó que “lo que se necesita desde la perspectiva aseguradora es una reducción máxima en la incertidumbre en las manifestaciones previsibles del fenómeno”. También, escenarios de tiempo y espacio, que van a permitir que haya una oferta aseguradora. Y la estimación de daños en función de esos escenarios.

El director gerente del Pool de Riesgos Medioambientales, José Luis de Heras, se refirió a los riesgos medioambientales en relación con los riesgos de la naturaleza, que comparten un interés público. Pero una diferencia entre ambos riesgos es el daño a asegurar. Al margen, dejó una “pequeña autocrítica”: El sector no ha hecho una labor muy intensa de vender el seguro como herramienta de transferencia de riesgo.