El Big Data ha muerto, viva el Smart Data

El Big Data ha muerto. Es la primera y sorprendente conclusión de Miguel Alfeirieff, Deputy CEO EMEA SCOR Global Life SE, durante la jornada ‘Autour d’un verre 2016’ de la compañía celebrada en Madrid. Vivimos tiempos en los que la disrupción entendida como cambio con consecuencias en la economía y en la sociedad es diaria. Si en el siglo XX los ordenadores se conformaron como el elemento más disruptivo del siglo, en el XXI el Smartphone ha tomado el relevo. “Todo se hace desde el teléfono y para nuestro nuevo cliente el Smartphone es su nueva manera de comunicarse con el mundo”. El mundo del seguro no puede permanecer al margen de esta realidad que está creando nuevas vulnerabilidades y en consecuencia nuevos riesgos. “Ciberriesgos, Big Data, IOT… ya no son términos desconocidos para nosotros. La ruptura con los modelos anteriores es ya una realidad a la que hay que adaptarse”. “Bienvenida la disrupción que nos abre nuevas oportunidades”, matiza Miguel Alfeirieff.

El comportamiento de las personas está cambiando: drones, coches sin conductor, vehículos compartidos… en definitiva una nueva forma de entender la sociedad que “necesita productos adaptados a estas nuevas necesidades”.

La velocidad del cambio además es abrumadora. Y el nuevo cliente, especialmente los millennials, demandan nuevos productos diferentes e innovadores. El nuevo cliente tiene otras prioridades. Prefiere “vivir experiencias” a poseer patrimonio, con lo cual los seguros y coberturas tienen que adaptarse a esta nueva realidad.  

Pero por otro lado la velocidad de estos cambios no está yendo en paralelo con la velocidad en el cambio de leyes y normativas. “Hay que compatibilizar esta rapidez con la protección al consumidor”, sobre todo en lo que al tratamiento de datos se refiere.

Sobresaturación de datos

En este entorno la generación de datos es inimaginable. Alfeirieff se pregunta si es bueno que haya tantos datos. Millones de cuentas de twitter y millones de tweets en cuestión de segundos nos saturan de información. “Esto no es bueno. Los datos nos están llegando sin filtrar. El volumen y la velocidad crean problemas de veracidad”, afirma.

El Big Data ya no nos sirve. Ha muerto. “Ya no nos sirve solo recoger datos”. “Ahora el reto está en usarlos de manera inteligente”. Ha nacido el Smart Data.

Este nuevo uso de los datos de forma inteligente es realmente lo que tiene aplicación a la empresa y por tanto al mundo del seguro. A partir de ahora los modelos de suscripción de seguros tienen que cambiar y hacerse de forma predictiva. Con los datos obtenidos a través de wearables podemos obtener infinidad de información que “entendida y segmentada” resulta de gran utilidad para las compañías aseguradoras. En los seguros de Vida se tarificará basándonos en el estilo de vida del indiviudo de tal forma que a los factores de riesgo tradiciones como la edad, peso, historial médico… se añadirán el conocer si ese potencial cliente lleva o no un estilo de vida saludable -que conoceremos a través de los datos que nos trasmite su wearable o las aplicaciones móviles de salud que puede utilizar-. Con esta información las compañías podrán ofrecer incentivos y descuentos a los clientes y ofrecer unas primas basadas en su estilo de vida y en los datos biométricos del asegurado.

¿Y el derecho a la intimidad?

Las opiniones al respecto son dispares. Con todo, la mayoría de los individuos preguntados sobre si estarían dispuestos a facilitar a las compañías los datos relacionados con su estilo de vida o su forma de conducir a través de dispositivos se muestran favorables a hacerlo, siempre que esta cesión de datos repercuta en mejoras en sus primas. En los países emergentes como Brasil o Sudáfrica más del 75% estaría dispuesto. En la vieja Europa, Alemania y Francia parecen mostrarse algo más reacios, pero con todo superan el 50%.

Economía colaborativa

Tras el CEO de SCOR Global Life tomó la palabra el sociólogo Luis Tamayo experto en economía colaborativa. Tamayo añadió al hecho incontestable de que “la digitalización de la sociedad está cambiando el mundo de los negocios”, el que la economía colaborativa, nacida al amparo de la tecnología, supone una vuelta de tuerca a los modelos de negocio.

Luis Tamayo reflexionó sobre el cambio de una sociedad industrial nacida en el siglo XIX y desarrollada en el XX, a la nueva sociedad digital propia de este siglo XXI. “El reto está en encajar esta nueva sociedad en las estructuras anteriores que todavía se mantienen”, empezando por los reguladores.

Nacen empresas como Bla Bla Car, Uber Arbnb etc. en las que el ciudadano se convierte en productor. No son empresarios, no son empleados… ¿Cómo nos enfrentamos a esta nueva figura? Cambia el modelo de negocio, pero en consecuencia cambia el modelo de trabajo. Ante esta nueva realidad, sobre todo en España en donde la economía colaborativa se multiplicará por 20 en los próximos 10 años según un estudio de PWC, el status quo ha tenido que tomar medidas. La primera reacción lógica ha sido intentar parar esta expansión a través de denuncias. Pero en poco tiempo vieron así no se podía afrontar esta cuestión y que la “única forma de responder a esta amenaza er creando su propia competencia o aliándose a plataformas ya creadas”.  Así por ejemplo Mercedes creó Car2Go o BMW creó Drive Now.

En seguros la situación es similar al resto de los sectores y las compañías vieron que convivir con la nueva economía colaborativa es un nuevo nicho de negocio. AXA por ejemplo aliándose con Bla Bla Car ofrece los seguros a los usuarios de la plataforma de coches compartidos.