Henri de Castries, primer ejecutivo de AXA, declara a Expansión que “es cierto que la deuda soberana se ha convertido en un problema para muchos países de Europa” y que “los Estados deben gastar menos y equilibrar sus presupuestos, y eso puede ser doloroso”. “Pero España ha flexibilizado su mercado laboral, reducido el gasto público y comienza a arreglar su problema bancario. Por eso no estoy preocupado por nuestras inversiones aquí”, afirma. “Estamos interesados en participar en la Sareb porque somos una empresa responsable y va en el interés de todas las grandes instituciones financieras que el sistema bancario español vuelva a la normalidad. Estamos en negociaciones con las autoridades para determinar de qué forma podemos contribuir aunque, por supuesto, los términos deben ser razonables”, añade.

Cree que la reordenación del sistema financiero aclarará las actividades de bancaseguros: “A partir de ahora, los bancos se centrarán en su actividad principal y eso dará oportunidades a las aseguradoras”. Tampoco le preocupa que Eiopa vea con suspicacia que las aseguradoras desarrollen actividades bancarias. “Algunas compañías, como AXA, tienen pequeños bancos con el fin de ofrecer más productos a sus clientes. Esa actividad está supervisada y no supone un problema porque no realizamos nada especulativo. Luego hay aseguradoras que conceden préstamos a instituciones. Esto no es nuevo. Ocurre desde hace 150 años y es probable que, con la llegada de Basilea III, las aseguradoras incrementen el volumen de financiación que conceden. No me parece que haya ningún riesgo especial”, argumenta. “Sólo la gente que no entiende el negocio cree que las aseguradoras conllevan un riesgo sistémico, cuando hacen exactamente lo contrario. Son una protección frente a trastornos del sistema. La banca, por contra, maneja un gran riesgo de transformación que deriva en problemas de liquidez. Si AIG fue un riesgo sistémico fue por su actividad con productos financieros, no por su labor aseguradora”, insiste.

Respecto a Solvencia II, De Castries cree que “todavía existen incertidumbres sobre cuáles serán las exigencias” y que “es mejor asumir un retraso en su implementación que realizar las cosas con prisa y mal”.