El Tribunal Supremo ha condenado a una abogada al pago de una indemnización de 46.000 euros a un cliente por su falta de diligencia en el ejercicio profesional, informa El Economista. La sentencia considera que el cliente actuó también con “dejadez y pasividad”, pero expresa que la abogada “no desplegó la diligencia que le era exigible”. El cliente presentó una demanda por responsabilidad profesional, en el marco de los servicios prestados por ésta para la recuperación del local vendido a una compañía de seguros.

Explica que la abogada dejó transcurrir los plazos establecidos en la ley sin actuar adecuadamente y, por ejemplo, pasó más de un año desde que se dictó la primera sentencia hasta que se interpuso la segunda demanda; no se tomó la medida cautelar de anotación preventiva que hubiera permitido al afectado volver a inscribir a su nombre la finca perdida. El cliente aducía que por culpa de la demandada se quedó sin cobrar el precio aplazado de la compraventa y que también perdió la condición de acreedor del dominio, al enajenarse la finca vendida a un tercero por el liquidador de la Comisión liquidadora de entidades aseguradoras.