La Mesa del Congreso de los Diputados estudia suprimir el polémico Fondo de Pensiones privado del que disfrutan todos los parlamentarios y al que solo han renunciado, de forma voluntaria, algunos de Izquierda Unida, como Cayo Lara. En el Congreso se recuerda que el Gobierno de Mariano Rajoy ha suprimido también la aportación a los Planes de Pensiones de los funcionarios. Ese fondo, que data de la presidencia de Manuel Marín y que lo gestiona el BBVA, es un plan colectivo de pensiones del que se benefician tanto los parlamentarios como los funcionarios del Congreso. Éste ingresa un 10% de la asignación constitucional base de cada diputado, unos 281 euros al mes, en un fondo común que incluye un seguro de Vida, otro de invalidez y un concepto de ‘prestación de supervivencia’ que se abona mediante un pago cuando llega la jubilación. Cada diputado puede decidir después si, además, quiere aportar más ingresos a ese Plan, según publica El Confidencial.