Inmovilización, ciberataques, drones y cambio climático, principales amenazas para la aeronáutica

Las costosas reparaciones e indemnizaciones por problemas en los motores, los daños causados por objetos extraños (como impactos con aves o drones), incidentes de colisión en tierra, resbalones y caídas de viajeros, inmovilización de flotas en tierra, incidentes por mal repostaje y demandas por Responsabilidad Civil son algunas de las áreas en las que las aseguradoras están observando una mayor actividad por siniestros, tal como señala AGCS en su nuevo informe Riesgo en aviación 2020, elaborado en colaboración con la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle.

Por otro lado, el sector de la aeronáutica mundial ha registrado en los últimos años algunos de sus ejercicios más seguros en términos de accidentes mortales. "Afortunadamente, hoy en día es muy raro que las aeronaves comerciales de última generación se vean envueltas en accidentes aéreos mortales", afirma Tom Fadden, director global de Aviación en AGCS. "Sin embargo, estas importantes mejoras en la seguridad no deberían crear en el sector de la aviación una falsa sensación de seguridad. Con frecuencia se subestima el enorme volumen y magnitud de los siniestros de aviación. Las líneas aéreas, fabricantes y aeropuertos deben prepararse para abordar nuevos riesgos, como ciberataques o colisiones con drones".

El informe Riesgo en aviación 2020, que analiza más de 50.000 indemnizaciones de seguros de aviación por un valor total superior a los 14.800 millones de euros entre 2013 y 2018, revela que los incidentes por colisión o accidente representan actualmente más de la mitad del valor total de las indemnizaciones (57 %), lo que equivale a 8.400 millones de euros y más de una cuarta parte del número total de siniestros (27 %).

 La complejidad de los aviones incrementa costes

"En general, aumenta la frecuencia e importancia de las intervenciones de las compañías de seguros de aviación debido al mayor valor de las aeronaves, los mayores costes de reparación y los mayores casos por Responsabilidad Civil concedidas a las víctimas de accidentes", sostiene Dave Warfel, director regional de Aviación para América del Norte en AGCS. "El volumen de los siniestros es también reflejo del incremento de los viajes en avión, con un mayor número de pasajeros y aeropuertos más congestionados, así como de las crecientes demandas a las líneas aéreas, fabricantes y servicios de tierra".

El hecho de que las colisiones o accidentes sean la principal causa de los siniestros de seguro de aviación no responde únicamente a las grandes catástrofes aeronáuticas.  Estos siniestros recogen también otros sucesos, como aterrizajes forzosos, impactos con aves e incidentes en tierra. Por ejemplo, el coste medio de los siniestros por incidentes en pista asciende a cerca de 1,7 millones de euors. Los defectos de mano de obra en labores de mantenimiento son la segunda causa de siniestro, seguidos por las averías de maquinaria.

Las modernas aeronaves, equipadas con motores más sofisticados y construidas con materiales ligeros de carbono, son más caras de reparar, lo que contribuye al mayor coste de los siniestros. Por su parte, la mayor complejidad del diseño, las tecnologías y la construcción de aeronaves provoca también un mayor coste de los incidentes por inmovilización en tierra.

Más demandas por Responsabilidad Civil

El informe señala también un aumento en el número de demandas de Responsabilidad Civil por pasajero. Con indemnizaciones que pueden alcanzar varios millones de dólares por persona, un accidente grave de aviación podría en el futuro dar pie a siniestros de responsabilidad superiores a mil millones de dólares.

Las aseguradoras se enfrentan también a un creciente número de indemnizaciones por daños causados por objetos extraños. Por otra parte, crecen los siniestros por mal repostaje. Además, los errores del personal de tierra pueden dar lugar a costosos daños y reparaciones de motores, así como a prolongadas inmovilizaciones en tierra cuando conllevan la sustitución de los sistemas de combustible, pero también pueden tener consecuencias catastróficas, como que los motores se detengan en pleno vuelo.

Nuevos escenarios de riesgos

El informe señala, también, la aparición de nuevos escenarios de riesgo. Por ejemplo, se prevé que, en los próximos 20 años, la demanda de nuevos pilotos sea de unos 800.000 –el doble de la cifra actual–, lo que plantea desafíos en materia de contratación y formación, en especial para las escuelas de vuelo. Y, mientras tanto, siguen surgiendo dudas acerca de la excesiva dependencia de los sistemas automatizados de vuelo. Varios accidentes recientes han puesto de manifiesto la necesidad de que los pilotos estén mejor preparados para poder tomar medidas correctoras en caso de fallo técnico.

También se prevé que, en el futuro, aumenten las incidencias por turbulencias debido al cambio climático, por lo que se espera un mayor crecimiento de éstas en los corredores aéreos del Atlántico norte, que utilizan a diario  miles de vuelos. Además, el creciente número de drones en vuelo y los riesgos cibernéticos, como los ataques informáticos, las interrupciones de sistemas y las violaciones de seguridad de datos personales pueden afectar en el futuro a la siniestralidad aeronáutica.

Los accidentes en tierra siguen siendo un problema que puede intensificarse. En muchos casos, las infraestructuras aeroportuarias no han podido adaptarse al rápido crecimiento en el número de pasajeros y aeronaves.  La congestión en tierra no es solo preocupante en términos de retrasos, el informe señala que la saturación de las áreas de servicio y las plataformas da lugar a un mayor número de colisiones y accidentes en rampa.