El Covid-19 golpea al seguro en 3 frentes: como pagadores, como empleadores y como administradores

La crisis sanitaria está golpeando al sector asegurador en sus tres frentes: como pagadores de siniestros y prestadores de servicios, como empleadores y como administradores de capital.

Jordi Montalbo, socio responsable de Seguros de Deloitte, explica cómo puede el sector afrontar esta situación y propone algunas medidas para afrontar este desafío.

Proteger la salud de empleados, colaboradores, proveedores y mediadores es la principal preocupación de la compañías combinándolo con la continuidad del negocio. Las aseguradoras se enfrentan al reto de revisar y actualizar sus planes de gestión de crisis y tomar medidas para continuar las operaciones con un mínimo de impacto para los clientes.

En este sentido, Montalbo propone que "si aún no lo han hecho, las aseguradoras deberían considerar la posibilidad de establecer equipos multidisciplinares de toma de decisiones de emergencia para coordinar la respuesta de la organización, establecer nuevos protocolos de seguridad y asegurar una acción más rápida a medida que las condiciones sigan evolucionando. También debería existir un sistema de comunicaciones completo para mantener a los empleados, distribuidores y clientes plenamente informados sobre el estado de los planes de continuidad de la actividad y las instrucciones sobre cómo mantenerse personalmente seguros".

Uno de los mayores desafíos es operar en remoto para proteger al personal y adaptarse a las posibles restricciones de acceso a la oficina, todo ello sin dejar de asegurar la continuidad de las actividades. Las aseguradoras deben determinar si los empleados pueden acceder a los archivos necesarios y realizar sus actividades desde lugares remotos.

Por otro lado, hay algunas actividades, como algunos servicios o inspecciones de peritos, que necesitan realizarse de forma presencial. "Para evitar esas circunstancias, es posible que las aseguradoras tengan que adoptar medidas de seguridad adicionales, como establecer nuevos protocolos para las interacciones en persona con los reclamantes o exigir que las reclamaciones se investiguen desde la oficina o desde un lugar remoto alternativo cuando sea posible, incluso las que normalmente requieren visitas al lugar. O, alternativamente, acelerando modelos de autoperitación digital a distancia", sugiere el responsable de Seguros de Deloitte.

Ventajas a quienes han invertido en digitalización

El Covid-19 también podría interrumpir el servicio al cliente de una aseguradora, empezando por sus distribuidores.

En estas circunstancias, los aseguradores que han invertido en el avance de sus capacidades digitales estarán probablemente mejor posicionados a corto plazo para mantener una conexión con sus socios distribuidores, quienes, a su vez, deberían poder ofrecer servicios más rápidos y completos a sus clientes. En tiempos de incertidumbre y tensión financiera, parece cada vez más importante que el sector de los seguros y la industria de los servicios financieros en general mantengan las conexiones y estén bien posicionados para prestar servicios.

Impacto del coronavirus en la rentabilidad de las carteras e inversiones

Una de las principales preocupaciones de las aseguradoras está en cómo podría afectar el brote al entorno económico, concretamente, las perspectivas de crecimiento y rentabilidad de las carteras de suscripción e inversión de los aseguradores, señala Jordi Montalbo. "Los aseguradores, en general, probablemente se verían afectados por una fuerte desaceleración de la actividad económica, lo que socavaría el crecimiento y tal vez incluso contratar exposiciones asegurables. Al mismo tiempo, la disminución de los tipos de interés pesará mucho en todo el sector de los seguros, pero afectará muy especialmente a las operaciones en los sectores de los seguros de Vida y las Rentas Vitalicias.

Es probable que las aseguradoras también tengan que ajustar sus presupuestos y planes de ejecución, sus expectativas de flujo de efectivo y sus carteras de inversión a la luz de los acontecimientos recientes".

En este entorno, "la industria se prepara para grandes siniestros derivados del Covid-19 y debería estar bien capitalizada para cualquier afluencia de reclamaciones. También se ayuda a los aseguradores, en gran medida, reasegurando gran parte de sus carteras de negocio, que es una de las formas en que la industria puede distribuir el riesgo", concluye Montalbo.