El Pacto de Toledo se rompe después de 3 años de negociaciones

Parecía que todo marchaba bien y que en la mañana de ayer se aprobarían las recomendaciones del Pacto de Toledo en la comisión y que en el próximo Pleno del Congreso se daría luz verde como uno de los últimos acuerdos del Gobierno de Pedro Sánchez, pero las futuras elecciones han podido con ello. Los trabajos de la comisión parlamentaria han encallado al no lograr cerrar estas recomendaciones con lo que este órgano echará el cierre a la legislatura sin acuerdo después de casi 3 años de negociaciones.

Las razones, además del adelanto electoral, han estado, según fuentes parlamentarias, en la decisión de Unidos Podemos de presentar votos particulares a última hora cuando parecía al empezar la comisión que existía un acuerdo entre todos los partidos. Entre otras cuestiones, la formación de Pablo Iglesias estaría en desacuerdo sobre la recomendación para impulsar los planes complementarios privados o la edad legal para jubilarse.

Aina Vidal, portavoz de Unidos Podemos, ha señalado que "sería un circo, no sería favorable al propio Pacto de Toledo. Creo que hasta aquí hemos llegado". Indicó que "no se puede hablar de acuerdo porque quedan puntos abiertos". Por su parte, Gerardo Camps, del PP, ha indicado que "corresponderá a otro Congreso" encauzar el acuerdo y se ha mostrado reacio a convocar una nueva Mesa "para que se pongan más de manifiesto las diferencias entre los grupos políticos". La portavoz del PSOE, Mercé Perea, considera que la posición de los partidos mencionados "es una falta de respeto al consenso y a la democracia" y les retó a explicar sus posturas en una comisión abierta en el Congreso. Una decisión que probablemente no llegará y hoy se rechace formalmente.

Fomento de la PSC

Con esta ruptura del Pacto de Toledo las decisiones sobre la reforma de las pensiones quedarán aplazadas hasta la próxima legislatura. Según ha dado a conocer EFE entre las recomendaciones se encontraba un apoyo a la Previsión Social Complementaria (PSC) a través de fomentar los Planes de Pensiones de empresa sin descartar incentivos fiscales.

Otra de las medidas más llamativas era establecer un impuesto al robot. Animaba la comisión a encontrar mecanismos innovadores que complementen la financiación de la Seguridad Social más allá de las cotizaciones sociales teniendo en cuenta que la evolución tecnológica implica un incremento de la productividad, pero no del empleo.

Junto a estas dos se proponía que el Pacto de Toledo rindiera cuentas cada año informando del cumplimiento de sus medidas o que las pensiones se revaloricen según el IPC real y señalaba que el déficit de la Seguridad Social debería acabar y también la política de préstamos del Estado en 2025.

Entre las recomendaciones también se establecía la separación de fuentes de financiación y analizar la conveniencia de aumentar el cómputo de la pensión a toda la vida laboral.