
El envejecimiento y la baja natalidad amenazan el crecimiento económico
El Instituto Santalucía ha publicado un nuevo informe, 'Demografía y productividad: cómo el envejecimiento de la población condiciona el crecimiento económico', que alerta sobre el profundo impacto de la transformación demográfica en el dinamismo económico de España. Elaborado por Juan Francisco Jimeno, asesor de la Dirección General de Economía del Banco de España, el estudio concluye que la caída de la natalidad y el aumento de la longevidad están reduciendo la población en edad de trabajar y envejeciendo aceleradamente la fuerza laboral, un fenómeno que amenaza el crecimiento del PIB per cápita y tensiona la capacidad de innovación del país.
El informe subraya que el mercado laboral afronta un doble proceso: menos jóvenes accediendo al empleo y más trabajadores senior acercándose a la jubilación. El ritmo de altas de pensiones ha pasado de 200.000 a más de 300.000 al año, tendencia que continuará en los próximos ejercicios y que amplía el riesgo de vacantes difíciles de cubrir en sectores intensivos en conocimiento. Además, los registros ya mostraban hace una década plantillas envejecidas en grandes empresas y en el sector público, donde más del 40% de empleados superaban los 50 años. Todo apunta a que ese patrón se ha acentuado.
En paralelo, el estudio recuerda que la productividad tiende a crecer más en las primeras etapas de la carrera profesional, alcanzando su máximo entre los 40 y los 49 años.
El análisis también pone el foco en la interacción entre tecnología y demografía. La escasez de mano de obra impulsa la automatización, mientras que la automatización modifica la demanda de competencias y puede desplazar ciertos empleos de entrada, un fenómeno observado desde la expansión de la inteligencia artificial a finales de 2022.
Ante este escenario, el informe plantea una hoja de ruta basada en tres pilares: reforzar la productividad mediante inversión tecnológica y mejores prácticas organizativas; impulsar políticas de inmigración que favorezcan la integración laboral plena del talento extranjero; y fomentar la complementariedad generacional a través de programas de mentoría, documentación de procesos y jubilaciones flexibles.
Como resume José Manuel Jiménez, director del Instituto Santalucía, "el reto demográfico ya condiciona la capacidad de crecer, innovar y sostener la cohesión social. En una sociedad que vive más y mejor, elevar la productividad, integrar el talento inmigrante y aprovechar la colaboración entre generaciones es esencial para proteger el bienestar futuro".
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