El error de mezclar en estadísticas a bancos y aseguradoras en una misma categoría

Ayer se difundían las conclusiones del informe GfK Trust Index 2013, elaborado en 25 países sobre 11 áreas de negocio. El 2º sector analizado, tras el de fabricantes de alimentos, es el de bancos y compañías de seguros, que refleja, según la consultora, un descenso abrupto en 2012 de la valoración de los españoles en este supuesto único segmento de actividad, ya que sólo un 18% admite tener confianza en esas entidades, 2 veces menos que la media mundial (62%) y con una caída de 12 puntos respecto a 2011. También sitúa a España como el país con los valores más críticos de confianza por detrás de Italia (20%), Alemania (29%) y Argentina (30%).

Los datos podrían ser perfectamente veraces si se refirieran únicamente al sector bancario, afectado por un sin fin de escándalos (preferentes y subordinadas), rescates (Bankia, NCG, CaixaCatalunya, Banco de Valencia…), mala práctica de directivos (CAM), banco malo, desahucios a personas en condiciones desesperadas, y un largo etcétera. No, no nos extraña que solo el 18% de los españoles confíe en su banca.

Pero extrapolar esto al sector asegurador es tremendamente injusto y más cuando el seguro está cargando con las culpas de las malas estrategias en la banca, como sucede con la Sareb, donde el sector asegurador está invirtiendo responsablemente por solidaridad con la economía del país, y no porque haya tenido culpa el desastre inmobiliario. En el seguro, se vienen sucediendo desde hace meses advertencias sobre la errónea asimilación del sector bancario al asegurador, como la realizada recientemente por la presidenta de Unespa y la de otros tantos directivos del sector.

La consultora encargada de este estudio debería preguntar por la satisfacción con el servicio que reciben de sus aseguradoras, especialmente en el momento del siniestro, actitud que se ve refrendada año tras año por diferentes estudios independientes y que avala el escaso número de quejas por servicio que recibe el Servicio de Reclamaciones de la DGSFP cada año. En resumen, que es absolutamente imposible que solo un 18% de los consumidores confíe en las aseguradoras.