En España hay un mercado potencial de microseguros de 20,5 millones de personas

En España hay un mercado importante para el microseguro por el elevado número de desempleados, pensionistas y trabajadores con bajos salarios en familias integradas por dos, tres o más personas. Lo anterior supone que hay un mercado potencial de microseguros de 20,5 millones de personas. Enrique González, actuario, presentó esa cifra de posibles microasegurados en la jornada organizada por Comunity of Insurance, en la que advirtió que existen problemas en cuanto al marco normativo. Por ello cree que la gestión de microseguros sólo es viable dentro de las entidades, como ramos o subramos, aprovechando el global de su organización.

Afirmó que en España los modelos de distribución no están orientados a la población de menores ingresos,
no existe una red de distribución que pueda resultar eficiente en la venta de microseguros. “A día de hoy, la única posibilidad que tenemos de desarrollar un mercado de microseguros poderoso es contar con un sistema de distribución distinto”. Y aseveró que “los que mejor posicionados están son los que trabajan Decesos y seguros Agrarios”. Se debe diseñar un producto exclusivo de microseguros, lo que quiere decir que tiene que ser un producto claro, sencillo, huir de garantías complejas, poco probables “que aunque son muy baratas añaden coste”. Con capitales asegurados adecuados, no diversificar la oferta e incluir necesariamente una cláusula o una garantía de protección de pagos.

Algunas
experiencias de microseguros podrían ser útiles para el mercado español. Tomando como referencia determinados modelos de microseguros de América Latina, Francisco Javier Garayoa, director general del Foro de Inversión Social y colaborador de Red Cumes, planteó la posibilidad teniendo en cuenta los indicadores económicos y la situación del sector asegurador, junto al hecho de que hay que identificar la demanda y la oferta. Cree que hay varias opciones, a través de un operador único, instituciones microfinancieras, modelo de socio-agente, enfoque por programas, etc. Y muchas variantes que también podrían servir (regulación específica o general, bancaseguros y otras alianzas, tecnología e innovación...).

Garayoa cuestionó si es el momento para abordar el microseguro para las economías en recesión. Sobre si sirve el modelo de microseguros para los países en desarrollo, observó que “creo que es seriamente cuestionable, estamos ante un panorama distinto”. Y un último interrogante: “¿Hay que crear un nuevo modelo? Posiblemente sí, pero hay que crear un nuevo modelo”, porque los objetivos son los mismos, evitar la exclusión financiera y mitigar los riesgos del segmento de mayor pobreza. “Nos valen algunas cosas del modelo de América Latina pero hay otras muy importantes que marcan mucho la diferencia”.

Paula Ragniez
, vicepresidenta de Global Partnerships de Swiss Re, detalló la experiencia de la reaseguradora y su investigación para determinar dónde no hay protección aseguradora. Carlos Ruano, responsable técnico de Reale en Cataluña y experto en microseguros, se refirió a los diferentes productos existentes de microseguros y su evolución partiendo de claves como el paso de la contratación obligatoria automática a voluntaria, la orientación a segmentos (mujeres, inmigrantes, etc.), modelos de gestión de alta tecnología, distribución integrada en otros productos, etc.

Carlos Biurrun
, fundador de Comunity of Insurance, subrayó al inicio de la jornada que el objetivo misma es poner en la mesa la visión humana del seguro. “Somos entusiastas del conocimiento compartido de seguros en red. Intercambiar y hacer las cosas mejor”.