Fundación Mapfre insta a fomentar el deporte entre las mujeres más jóvenes

El 76% de las mujeres jóvenes de entre 12 y 25 años no cumplen con las recomendaciones mínimas de actividad física establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), un porcentaje bastante elevado y más si se compara con el de los hombres de la misma edad (59%). Ésta es una de las conclusiones del informe 'Mujer joven y actividad física', elaborado por Fundación Mapfre y la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

Del informe, fruto de una encuesta realizada a más de 10.500 jóvenes, se desprende que las mujeres comienzan a abandonar la práctica deportiva, principalmente, a partir del Bachillerato debido a su madurez y sentido de responsabilidad. A diferencia de los hombres, las jóvenes suelen preocuparse más por sus estudios y su futuro, priorizándolo a la realización de actividad física. Según el estudio, también influye el hecho de que no encuentran una oferta deportiva adaptada a sus motivaciones y que cuenten con menor apoyo de la familia y su entorno próximo para seguir haciendo deporte.

Según el estudio, en el que también ha colaborado el Observatorio de Investigación de la Fundación España Activa, la oferta deportiva que existe actualmente fomenta más la competitividad que las relaciones interpersonales y el trabajo en equipo, dos valores con los que se identifican más las mujeres jóvenes.

El estudio también revela que la falta de actividad física en la juventud española, sobre todo entre los 16 y 18 años, cuando se produce la tasa de abandono más elevada, es una tendencia que se mantiene desde hace 15 años y que según los investigadores no presenta señales de cambio.

Entre las barreras que encuentran ellas para la práctica de actividad física, también se encuentra la elevada carga académica a la que están sometidas, las nuevas formas de ocio y de relacionarse, especialmente vinculadas con el uso de las nuevas tecnologías, y el hecho de que creen que tienen menos habilidades y destrezas para el deporte y un mayor sentimiento de miedo al ridículo cuando interactúan con los chicos.