Fundación Mutua Madrileña y ANAR piden un protocolo para atajar el ciberbullying

Fundación Mutua Madrileña y ANAR consideran esencial la adopción de un protocolo de actuación unificado para toda España en la que se contemplen las medidas que deben adoptar los centros escolares ante el aumento de casos de ciberacoso. Esta petición se realiza tras analizar los datos recogidos en el ‘Estudio sobre ciberbullying según los afectados’, una radiografía del problema contada por las víctimas presentado por ambas fundaciones.

El ciberbullying representa ya uno de cada cuatro casos de acoso escolar. Esta proporción aumenta con la edad, de forma que a partir de los 13 años, el 36,5% de los casos de bullying son por ciberacoso. Otra conclusión llamativa es que el 70% de las víctimas de ciberbullying son chicas.

El estudio se ha realizado a partir del análisis de la base de datos de llamadas al teléfono ANAR de Ayuda a Niños y Adolescentes y al teléfono ANAR del Adulto y la Familia, que desde 2013 a 2015 ha atendido 60.408 llamadas relacionadas con acoso escolar, de entre las que se han identificado y seguido 1.363 casos de bullying.

Perfil de las víctimas y los acosadores

La edad de inicio del ciberacoso es de 13,6 años, una edad media superior a la del acoso escolar en general (11,6 años), probablemente relacionado con el momento de acceso de los más jóvenes a las tecnologías y la agresión más habitual suele ser el insulto (81%), aunque también hay amenazas en el 37% de casos y, en menor medida, difusión de rumores (11%). El teléfono móvil es la herramienta más habitual para acosar telemáticamente sobre todo a través de WhatsApp (81% de los afectados).

La agresión pasa factura a quienes la padecen y el 92% de las víctimas sufre algún tipo de secuela psicológica, siendo la ansiedad la más frecuente, seguida de la tristeza, soledad y baja autoestima.

En cuanto a la frecuencia con la que se produce el ciberbullying, el hostigamiento es diario para un 71,8% de las víctimas, algo que puede explicarse en parte por el fácil acceso a las tecnologías y las posibilidades que proporcionan. Como ocurre con el acoso escolar presencial, los ataques suelen prolongarse en el tiempo y un 38,1% de los casos analizados llevaba más de un año con esta situación y otro 40,7% entre un mes y un año.

La mayoría de las víctimas de ciberacoso son de nacionalidad española y proceden de familias convencionales (esto es, padre, madre y hermanos) y sin problemas económicos en el 86% de los casos.

De todos los casos analizados, un 30,6% se considera de ‘alta gravedad’ porque va unido a acciones físicas de acoso y agresión (golpes, patadas…), y se prolonga más allá de un año, su frecuencia es diaria y, con el tiempo, se ha ido incrementando y haciendo más violento.

Los ciberacosadores pertenecen en la gran mayoría de las ocasiones al mismo centro escolar que la víctima y actúan en grupo (de entre 2 y 5 personas) del mismo sexo que la víctima en la mayor parte de las ocasiones, en menor medida mixtos. Como sus víctimas, suelen ser adolescentes (87% de las veces) y les mueve la agresividad o la venganza.

Por otro lado el estudio confirma que los chicos y chicas que sufren estas situaciones comienzan a confiar más en sus padres y hablar con ellos del problema, eso sí, solo si el acoso se prolonga en el tiempo.