El pasado viernes 27 de febrero falleció, después de algunos años luchando con la enfermedad, el ex presidente de AIG, Robert Benmosche. Con este motivo, el director general de la compañía para Iberia, Álvaro Mengotti, ha escrito un agradecido obituario donde resalta las virtudes del finado, así como las lecciones de vida que ha dejado. Señala que, a pesar de saber “que era un enfermo terminal desde 2010”, no dudo en hacer frente al reto de “reflotar al AIG rescatado”. Lo hizo, añade, “por el firme convencimiento” de que tanto la compañía como el negocio “tenía futuro si todos poníamos empeño en que así fuera”.

Señala que Mengotti que “nos lo creímos” y “fuimos capaces de superar la crisis en menos de 4 años, devolver al gobierno norteamericano el dinero prestado con sus correspondientes intereses y conseguir volver a los beneficios en los dos últimos ejercicios”. El directivo en España añade lecciones de vida: “Nunca le ví lamentarse por su salud, ni duda de que saldríamos adelante. Su ilusión, su tesón y su optimismo fueron sin duda una de las calves de nuestra recuperación”.

El expresidente de AIG “amaba España y Portugal y se sentía vinculado al Mediterráneo”. Concluye la carta: “presidente Bob, querido jefe y amigo, gracias por habernos ayudado, por tu liderazgo y calidez humana, por tu ejemplar actitud personal y profesional. Gracias Bob”.