Beazley acaba de publicar los resultados de una encuesta realizada a 3.500 ejecutivos para quienes la creciente incertidumbre geopolítica y económica son los mayores riesgos que enfrentan las empresas en 2025.

La fragmentación global, impulsada por políticas proteccionistas y tensiones internacionales (incluida la rivalidad entre EE. UU. y China) exige que las empresas revisen sus estrategias de riesgo.

Los directivos se muestran muy preocupados por el impacto político en el comercio rentable y ven una necesidad urgente de reconfigurar las cadenas de suministro y operaciones en el extranjero.

A pesar de los desafíos, el informe promueve la resiliencia como una estrategia de crecimiento, sugiriendo que la adaptación ágil, el uso de seguros especializados y la inversión en seguridad operacional permiten a las empresas convertir la volatilidad en oportunidades.

Finalmente, el texto subraya la importancia de los recursos estratégicos, como los minerales críticos y la energía, como nuevos campos de batalla para la influencia económica y la seguridad a largo plazo.

Algunos datos concretos

Profundizando en datos concretos de la encuesta, un contundente 88% de los ejecutivos señaló que el panorama político afectará la capacidad de su negocio para comerciar de manera rentable, un notable aumento desde el 69% registrado en enero de 2025. De manera similar, el 83% cree que la actual incertidumbre geopolítica y económica limitará sus planes de crecimiento, una subida brusca respecto al 68% de enero de 2025.

La incertidumbre económica está escalando posiciones como la principal amenaza, citada por el 26% de las empresas (frente al 21% el año pasado). La inflación también se mantiene persistente, identificada como la principal amenaza por el 27%, un aumento desde el 24% en 2024.

En este contexto, las empresas están reconfigurando sus estrategias. La protección ha regresado; los nuevos gobiernos están levantando puentes levadizos y reescribiendo las reglas del comercio. Las tensiones geopolíticas, incluyendo la escalada de la rivalidad entre Estados Unidos y China y los conflictos en Ucrania y Oriente Medio, están remodelando el mapa de riesgo global e influyendo en los mercados energéticos y las cadenas de suministro.

Como respuesta directa a estas presiones, el 87% de los ejecutivos globales planea realizar cambios en sus proveedores o cadenas de suministro, una cifra significativamente mayor que el 75% reportado en enero de 2025.

Además de los riesgos económicos y comerciales, las amenazas a la seguridad están en aumento. El 32% de las empresas tiene previsto reevaluar la seguridad de sus operaciones en el extranjero este año, un incremento respecto al 23% del año anterior, señalando un cambio de mentalidad donde las amenazas de seguridad son tratadas como riesgos activos, no como posibilidades distantes.

El seguro antídoto contra la incertidumbre

La búsqueda de resiliencia se ha convertido en una estrategia fundamental de crecimiento, no solo una reacción a las crisis. La resiliencia implica la diversificación de proveedores, la inversión en sistemas de alerta temprana y la adopción de un enfoque proactivo. Las empresas ágiles que invierten en tecnología emergente y energía limpia pueden obtener una ventaja competitiva.

Un indicio clave de esta adaptación es la creciente confianza en la transferencia de riesgos: el 94% de los ejecutivos globales afirma que su tolerancia al riesgo ha aumentado o se ha mantenido igual. Además, el 32% planea explorar opciones de seguro que incluyan gestión de riesgos y crisis, un aumento considerable desde el 24% en 2024. Esto subraya un cambio donde el seguro se percibe como un motor para el crecimiento, absorbiendo la incertidumbre para permitir la expansión en nuevos mercados e inversiones audaces.

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