Olav Jones, director adjunto de Insurance Europe (IE), considera que hay “problemas sin resolver” en la aplicación de las normas internacionales de reporting financiero (IFRS 9) para instrumentos financieros en la interacción del nuevo IFRS para contratos de seguros (IFRS 4 Fase II), que el IASB todavía está desarrollando. Por tanto, IE no puede apoyar que se imponga la obligatoriedad de su uso en el seguro.

El IASB quiere operativo el IFRS 9 en 2018, y las compañías necesitarán al menos 3 años para la puesta en práctica del IFRS 4 Fase II. Esto quiere decir que los aseguradores no serán capaces de aplicar los 2 IFRS juntos. Si se fuerza a usar el IFRS 9 demasiado pronto o en conexión con un IFRS 4 Fase II inadecuado, puede producirse una deformación de las cuentas financieras de las aseguradoras. “Esto puede ser difícil de explicar, y hay un riesgo significativo de que los inversores se sientan engañados”, argumenta.