Más de 600 denuncias de ciudadanos contra prácticas ilegales de talleres en 2015

Cetraa recibió en su Sala de Denuncia en 2015 más de 600 denuncias contra prácticas ilegales de talleres, el doble que el año anterior. Los datos se refieren a las comunicaciones de los ciudadanos sobre prácticas ilegales como el uso indebido de la vía pública o los perjuicios que provocan a los vecinos de las zonas colindantes el uso de instalaciones inapropiadas que no cumplen con los requisitos necesarios para realizar estas actividades. También por la “ingente cantidad de establecimientos ilegales” que continúan ofreciendo sus servicios ‘a puerta cerrada’.

La presidenta de Cetraa, Mª Carmen Antúnez, considera esencial la colaboración ciudadana para facilitar la detección de este tipo de instalaciones clandestinas. Valora que “nuestra Sala de Denuncia registra cada día un ritmo incesante de recepción de irregularidades. Por un lado, es negativo porque significa que la problemática de los talleres ilegales sigue estando presente, y por otro lado, es bueno porque evidencia que la gente está más concienciada y nuestras campañas informativas son efectivas”.

Estos son algunos comportamientos y prácticas comunicados por los ciudadanos a Cetraa:

“Los gases se comunican por las naves provocándome un fuerte dolor de cabeza y vómitos que me obligan a acudir al médico de urgencias” o “Encendió ayer un motor diez minutos, y mi casa empezó a oler a gases de tubos de escape”.

Sobre la mala calidad de los servicios prestados, como graves desperfectos en sus vehículos cuando han acudido a recogerlos: “Dejó el coche medio montado y le provocó una avería superior a la que presentaba anteriormente” o “Cuando te llevas el coche te das cuenta de que le faltan piezas”.

“Fui por una rotura del turbo, pero no solo no lo reparó correctamente, sino que también me comunicó que se había estropeado el embrague”.

Y sobre condiciones de seguridad en las que operan los reparadores: “Tienen a los operarios trabajando en la misma vía debajo de los vehículos y con las piernas fuera con el riesgo de que les atropellen los pies”.