Las multinacionales, obligadas a responder a la demanda de beneficios personalizados

La personalización de los beneficios laborales se ha convertido en una de las principales exigencias de los empleados en todo el mundo, pero la mayoría de las empresas multinacionales aún no están preparadas para responder a esa expectativa. Así lo revela el Estudio de Tendencias Globales de Beneficios 2025 de Aon, que subraya la brecha entre lo que esperan los trabajadores y lo que las organizaciones pueden ofrecer en materia de compensación flexible e inclusiva.

El informe, basado en encuestas a más de 500 responsables de beneficios en 45 países y 16 sectores, señala que solo el 14% de las multinacionales cuentan con directrices globales que respalden la personalización, pese a que el 65% de los empleados estaría dispuesto a cambiar sus beneficios actuales por una mayor variedad de opciones.

La gestión de costes continúa siendo la prioridad principal para el 70% de las empresas, presionadas especialmente por la inflación médica. Sin embargo, ofrecer beneficios valorados por los empleados se ha colado entre los tres objetivos estratégicos más citados, lo que pone de manifiesto un dilema creciente: cómo equilibrar control del gasto con la demanda de flexibilidad. De hecho, el 77% de las compañías planea renegociar costes con sus proveedores actuales y el 67% prevé lanzar procesos de licitación para explorar nuevas alternativas.

Apuesta por la inclusión

La personalización también se asocia a mayor inclusión. Casi dos tercios de las empresas líderes —aquellas con estructuras de gobernanza maduras y estrategias de datos integradas— planean ampliar sus beneficios en áreas como apoyo a familias (54%), envejecimiento (39%), género (39%) y empleados con menores ingresos (39%). En paralelo, el 25% contempla reducir coberturas menos valoradas.

El estudio apunta además al papel clave de la tecnología y la inteligencia artificial. Aunque solo 1 de cada 6 equipos de beneficios utiliza actualmente IA para diseñar o gestionar programas, se espera que la adopción casi se triplique para 2027. La principal barrera sigue siendo la dependencia de sistemas heredados y la falta de gobernanza adecuada.

"Los empleados esperan una experiencia con los beneficios similar a la de un consumidor: opciones significativas, soluciones innovadoras y una oferta adaptada a sus necesidades individuales", afirma Michael Pedel, responsable global de beneficios en Aon.

En España, Carmen Burgos, directora general de Salud y Beneficios, advierte que las expectativas crecen más rápido que la capacidad de las organizaciones para gestionarlas: "La clave está en personalizar, incluir, usar datos para decidir y aplicar la tecnología como herramienta estratégica. Las empresas que lo consigan estarán definiendo el futuro del trabajo".

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