2,6 millones de conductores intentan engañar a los controles de alcoholemia

En España se reduce el número de fallecidos en accidentes de tráfico pero sube entre los que consumieron alcohol. Conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas cuesta al año en la Unión Europea 9.000 vidas. En España, en 2012, un tercio de los conductores fallecidos había consumido alcohol. Línea Directa ha elaborado un estudio para colaborar en la reducción de los accidentes de tráfico, demostrando que continúa muy extendido el mito de que hay trucos para engañar a los controles de alcoholemia. Hasta 8 millones de conductores españoles, el 30%, creen que se puede engañar al alcoholímetro.

El estudio ha tratado de recoger los mitos, desterrar la creencia de que se burlan los controles, conocer la opinión y concienciar. Permite identificar los
5 mitos más extendidos son los siguientes: Beber café o chupar granos de café; esperar de una a dos horas antes de conducir; masticar chicle o comer caramelos; beber agua; y hacer ejercicio. También hay una serie de mitos ‘disparatados’: Mascar césped; chupar baterías de litio (de teléfonos móviles); chupar monedas; y poner la lengua en el paladar. Todos ellos, comprobados por la Guardia Civil al realizar controles de alcoholemia.

Hasta
2,6 millones (10%) admiten hacer utilizado algún truco. Y otra cuestión de gravedad es que dos de cada tres conductores desconocen el límite permitido de alcoholemia (0,25 mg/l) y el 94% no saben cuál es el límite penal (0,6 mg/l). Francisco Valencia, director de Gobierno Corporativo de Línea Directa, recordó que cuando se produce un accidente en el que está implicado un conductor bajo los efectos del alcohol, las compañías no tienen por qué cubrir un delito penal. Las aseguradoras cubren responsabilidades, no delitos. Depende de cada caso que la entidad reclame o no al asegurado por los daños.

“Es un tema grave. Muy grave”

Un número muy elevado de accidentes mortales se producen por la ingesta de alcohol. El
70% de los fallecidos con alcoholemia positiva superaba el límite de 0,6 mg/l. “Es un tema grave. Muy grave”, insiste Valencia, quien reitera que “no se puede conducir en esas circunstancias”.

El estudio de la aseguradora permite conocer que “muchos conductores creen que hay trucos, pero se engañan a sí mismos”. Entre quienes han utilizado algún truco, el más extendido (3%) es el de esperar 1 hora o más antes de conducir, por delante de dormir un poco, beber agua y beber o ingerir granos de café (1% en todos los casos).

Otro dato sobre los controles de alcoholemia es que el 86% los considera una medida disuasoria y de prevención, pero el 66% creen que es una vía para recaudar dinero. El 35% duda de su efectividad.

Entre las conclusiones del trabajo de la entidad, existe la idea errónea de que si se logra engañar a la máquina se puede conducir. Se da especialmente entre hombres de
18 a 29 años, que reconocen haber conducido bajo los efectos del alcohol. Pero “hemos comprobado que los mitos no dan resultado. Son falsos mitos” y, aunque los mitos sirvieran, “es engañarse a sí mismo”.

Valencia concluye que el lema sería “conduciendo, alcohol
0”.