2021, un año mucho más catastrófico que los anteriores

En 2021, las catástrofes naturales causaron unas pérdidas económicas a nivel mundial que rondaron los 280.000 millones de dólares, según datos provisionales facilitados por Munich Re. Se trata de un año sustancialmente más catastrófico que los dos anteriores: en 2020 los daños ascendieron a 210.000 millones y en 2019 fueron de 166.000 millones.

De estos 280.000 millones de dólares, solo aproximadamente 120.000 millones estaban asegurados. Pero, por suerte, aumenta respecto a los dos ejercicios precedentes: en 2020 los daños asegurados se quedaron en 82.000 millones y en 2019 en 57.000 millones. La razón de que en 2021 se haya reducido la brecha de aseguramiento a nivel global es que Estados Unidos ha acaparado gran parte de los siniestros catastróficos.

Y lo peor de este balance de catástrofes naturales es que, en 2021, casi 10.000 personas perdieron la vida, un número de víctimas comparable al de los últimos años.

Mal año para Estados Unidos

En Estados Unidos, las pérdidas totales se elevaron hasta los 145.000 millones, la mitad de las registradas en todo el mundo. Y de este importe, unos 85.000 millones estaban asegurados. En ambos casos, han sido cifras muy superiores a las marcadas en 2020 y 2019.

Gran culpa la tienen los tornados. Como recuerda Munich Re, en diciembre de 2021, una serie de tormentas severas en varios Estados del centro y sureste del país provocaron pérdidas excepcionalmente altas. Decenas de violentos tornados, con vientos de hasta 310 km/h, sembraron la devastación en 6 Estados. Según las primeras estimaciones, las pérdidas totales por los tornados ascendieron a unos 5.200 millones de dólares, con unas pérdidas aseguradas previstas de 4.000 millones de dólares. Se calcula que murieron 90 personas.

También ha influido la alta cifra de tormentas tropicales y huracanes registrados. De hecho, la catástrofe natural más costosa de 2021 fue el huracán Ida, que tocó tierra el 29 de agosto a 90 km al sur de Nueva Orleans como huracán mayor (categoría 4, la segunda más destructiva) y con vientos de unos 240 km/h. Decenas de miles de edificios resultaron dañados o destruidos. A continuación, el huracán Ida se dirigió hacia el noreste, causando graves inundaciones, en particular en Nueva Jersey y el área metropolitana de Nueva York. En total, el huracán Ida causó pérdidas por valor de 65.000 millones de dólares, de los cuales aproximadamente 36.000 millones estaban asegurados (55%). Un total de 114 personas perdieron la vida.

Asimismo, la actividad de las tormentas durante la temporada de huracanes fue de nuevo significativamente superior a la media, con 21 tormentas tropicales con nombre.

Por último, en febrero, una ola de frío excepcional llevó las temperaturas gélidas hasta el sur de Estados Unidos. En la ciudad de Houston, en el sur de Texas, se registró una temperatura de -8°C. Millones de personas se quedaron sin electricidad. En total, las pérdidas fueron de 30.000 millones de dólares (la mitad de los cuales estaban asegurados) y fue la tercera catástrofe natural más costosa del año.

Pérdidas récord en Europa por inundaciones

En Europa, el balance de catástrofes naturales ha estado marcado por las lluvias torrenciales de julio de 2021, que provocaron inundaciones excepcionalmente graves en varias zonas del Viejo Continente, destacando el oeste de Alemania. En esa región, las precipitaciones provocadas por el sistema de bajas presiones Bernd fueron las más elevadas en más de 100 años. El diluvio provocó que el río Ahr, en Renania-Palatinado, causara inundaciones repentinas que arrastraron innumerables edificios. También se produjeron graves daños en infraestructuras, como líneas de ferrocarril, carreteras y puentes. Más de 220 personas murieron.

Las pérdidas totales por estas lluvias torrenciales ascendieron a 46.000 millones de euros (54.000 millones de dólares), de los cuales 33.000 millones (40.000 millones de dólares) correspondieron solo a Alemania. La parte asegurada fue relativamente baja. Se aseguraron 11.000 millones de euros (13.000 millones de dólares), de los cuales 8.200 millones de euros (9.700 millones de dólares) correspondieron a Alemania, según las cifras facilitadas por la Asociación de Aseguradoras Alemanas. Es la catástrofe natural más costosa en Alemania y Europa hasta la fecha.

"Las estadísticas de catástrofes de 2021 son sorprendentes porque algunos de los fenómenos meteorológicos extremos son del tipo que probablemente se harán más frecuentes o más graves como consecuencia del cambio climático. Entre ellos están las fuertes tormentas en Estados Unidos, incluso en el semestre de invierno, o las fuertes lluvias seguidas de inundaciones en Europa. En el caso de los huracanes, los científicos prevén que la proporción de tormentas severas y de tormentas con precipitaciones extremas aumentará debido al cambio climático. Aunque los eventos no pueden atribuirse automáticamente al cambio climático, el análisis de los cambios a lo largo de las décadas proporciona indicios plausibles de una conexión con el calentamiento de la atmósfera y los océanos. Adaptarse a los riesgos crecientes debidos al cambio climático será un reto", ha subrayado Ernst Rauch, jefe de Climatología y Geociencia de Munich Re, además de director de la Unidad de Soluciones Climáticas.

Algo mejor en Asia-Pacífico

Según la información que maneja Munich Re, las pérdidas han sido relativamente modestas en la región Asia-Pacífico. Los daños totales se han situado en 50.000 millones de dólares, de los cuales 9.000 millones estaban asegurados. Obviamente, lo peor es esa brecha aseguradora del 83%.

La catástrofe natural más costosa fue una grave inundación en la provincia de Henan, en el centro de China, donde se desbordaron innumerables ríos, incluido el río Amarillo. Cientos de miles de hogares se inundaron. Las pérdidas totales ascendieron a unos 16.500 millones de dólares, de los cuales sólo un 10% estaban asegurados.

Otro hecho catastrófico destacado ocurrió el 13 de febrero, cuando un terremoto de 7,1 grados de magnitud sacudió la costa oriental de Japón. El seísmo no estaba lejos del epicentro del terremoto de Tohoku, frente a la costa noreste de Japón, que 10 años antes había provocado un devastador tsunami que condujo a la catástrofe nuclear de Fukushima. Este terremoto de 2021 causó pérdidas sustanciales de 7.700 millones de dólares, con pérdidas aseguradas en la región de 2.300 millones de dólares.

Más erupciones volcánicas

Este año Munich Re se ha detenido en las erupciones volcánicas que, tras unos años tranquilos, se han convertido en una amenaza que quizás estaba algo subestimada.

Por supuesto, menciona el volcán de La Palma, que entró en erupción en septiembre y no se dio por extinguido hasta el 14 de diciembre. Unas 3.000 viviendas quedaron sepultadas bajo los torrentes de lava y las capas de ceniza volcánica. De momento, las pérdidas se sitúan en torno a los 850 millones de euros (1.000 millones de dólares), según las estimaciones de la reaseguradora.

Otro caso fue el volcán Semeru en la isla indonesia de Java, que entró en erupción en diciembre. El evento produjo lo que se conoce como flujos piroclásticos, que consisten en ceniza caliente y roca a temperaturas de alrededor de 1.000°C, por lo que tales erupciones son mucho más peligrosas que las de flujos de lava. Más de 50 personas murieron.

Déficit de aseguramiento

Tras este balance, Munich Re hace hincapié en que, a nivel mundial, alrededor del 57% de las pérdidas por catástrofes naturales no estaban aseguradas. Explica que este déficit de aseguramiento ha disminuido en las últimas décadas en los países industrializados, pero en los países más pobres se mantiene sin cambios por encima del 90%.

"Una mayor densidad de seguros puede ayudar a las personas y a los países a afrontar mejor las consecuencias financieras de una catástrofe y ayudarles a volver a una vida normal. Desarrollar conceptos en colaboración con los gobiernos (asociaciones público-privadas) tiene sin duda sentido", ha señalado Ernst Rauch.

Si quiere recibir diariamente y GRATIS noticias como esta, pinche aquí.