90 millones de personas afectadas por desastres climáticos en 2015, según DKV

Coincidiendo con la celebración del Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales, el Instituto DKV de la Vida Saludable, a través de su Observatorio de Salud y Medioambiente, ha dado a conocer el informe ‘Cambio climático y salud’.

Dicho informe concluye que el 92% de las catástrofes naturales están relacionadas con el clima, y cerca de 90 millones de personas se vieron afectadas durante 2015 por los desastres climáticos. Destaca también que los desastres naturales acaban cada año con la vida de más de 60.000 personas y alerta de que en las próximas décadas, la variabilidad de las precipitaciones afectará al suministro de agua dulce, amenazando la higiene y aumentando el riesgo de enfermedades como las diarreicas, que anualmente provocan 760.000 defunciones de menores de cinco años.

En este sentido, en 2015 las inundaciones afectaron a 27,5 millones de personas en el mundo, registrándose 152 episodios de inundaciones, motivados por la fusión acelerada de los glaciares, la subida del nivel del mar, la inadecuada planificación del territorio y el incremento de las precipitaciones extremas. El impacto en la salud de las personas se traduce en lesiones, traumatismos y proliferación de vectores de enfermedades infecciosas

Olas de calor: Impacto económico de 150.000 millones de euros en 2050

La Agencia Europea de Medio Ambiente estima que en 2050 se producirán cerca de 120.000 muertes adicionales al año con motivo de las olas de calor. La acción de los seres humanos sobre el planeta ha duplicado el número de olas de calor, y provocará un aumento de su intensidad y duración en los próximos años. Si no se toman medidas preventivas, el impacto económico alcanzará los 150.000 millones de euros. Además las sequías motivarán cerca de 200 millones de migraciones climáticas.  

En España el futuro no se prevé muy halagüeño. Los modelos de predicción estiman un aumento general de las temperaturas en nuestro país, lo que supondría una reducción de entre el 10 y el 30% de la precipitación media anual. Este hecho incrementará la duración e intensidad  de las sequías a finales de este siglo.

Los incendios forestales, la limitación de las actividades industriales, la reducción de la capacidad agrícola y ganadera,  los cambios en el hábitat y los ecosistemas y las restricciones de agua son algunos de los efectos más significativos derivados de las sequías.