Se necesita un enfoque común de los líderes mundiales para afrontar los riesgos globales 2020

La agitación geopolítica y el retroceso del multilateralismo dificultan enfrentarse a los riesgos globales, según Informe de Riesgos Globales 2020, elaborado por el Foro Económico Mundial (WEF) que acaba de presentar Zurich.

El cambio climático, las confrontaciones económicas y la polarización política interna, son los riesgos más importantes que no hay que perder de vista en 2020. En este sentido, el informe considera que la colaboración entre los líderes mundiales, las empresas y los responsables de formular políticas es más necesaria que nunca para detener las graves amenazas.

El informe vaticina un año de desaceleración económica, y en el que aumentarán las divisiones nacionales e internacionales. La situación geopolítica actual nos está impulsando hacia un mundo "inestable" y de rivalidades entre grandes potencias. Por ello, durante la presentación se ha puesto de manifiesto la necesidad de que los líderes empresariales y gubernamentales adopten un enfoque común para hacer frente a los riesgos compartidos.

"Esta década se inicia en un mundo políticamente polarizado y fuertes presiones sobre la economía global, mientras una catástrofe climática se aproxima. Solamente con más cooperación entre empresas, sociedad y líderes mundiales podremos superar los grandes retos globales que se avecinan", ha subrayado Emilio Granados, responsable de Riesgos Globales y Agenda Geopolítica en el World Economic Forum durante la presentación del documento en la que estuvo acompañado por Peter Giger, director de Riesgos del Grupo Zurich; y Emilio Luque, profesor titular de Medio Ambiente y Sociedad (UNED).

Presión a los sistemas sanitarios

El informe también alerta de que los sistemas sanitarios de todo el mundo corren el riesgo de quedar fuera de servicio. Las vulnerabilidades nuevas derivadas de los cambios en los patrones sociales, medioambientales, demográficos y tecnológicos amenazan con deshacer los avances impresionantes en el bienestar y la prosperidad que los sistemas sanitarios han sustentado durante el último siglo.

El informe pone el foco en las enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades mentales, que han sustituido a las enfermedades contagiosas como principal causa de muerte. El riesgo de longevidad en muchos países y los costes económicos y sociales de la gestión de las enfermedades crónicas han sometido a los sistemas sanitarios de muchos países a una gran presión.